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lunes, 31 de enero de 2022

Vivac en el Tobacor y pradera de Ordesa congelada.

Sábado y Domingo 29 y 30 de enero de 2022

Vivac en el Tobacor y pradera de Ordesa congelada.


Con retraso una vez más en escribir, relato una salida muy bonita de la que disfruté hace casi un mes.

Con ganas de subir al Pirineo tras un largo período sin visitarlo, teníamos programada una visita a las cuevas de hielo fósil, pero un problema con la tramitación de los permisos necesarios por parte del Parque Nacional, hace que la tengamos que retrasar. Yo, que "ya estaba en canción con ir a Ordesa" y cualquier excusa me sirve para volver por el valle, sentí la llamada. Así que tras descartar un plan de esquí de travesía, no me molesto en pensar más, y me voy para Ordesa con idea de vivaquear en la cumbre del Marboré. Luego, las condiciones me harán cambiar de plan sobre la marcha.

Buenas vistas desde mi suite particular.

No soy muy de vivac invernales, pienso que son muchas horas en el saco, pero con una meteo tan benigna, me animé a probar, y la experiencia ha sido muy satisfactoria.

Arranco de la Pradera poco antes de las 10 de la mañana, me retraso más de lo que pensaba disfrutando del ambiente invernal que mantiene el parking, no en vano, la pradera no verá el sol hasta finales del próximo mes de marzo, y las reiteradas heladas continuas, han dejado una estampa muy bonita, con espectaculares cristales de hielo. Alguna foto y emprendo la subida. Dudaba si subir con esquís, pensaba que no merecía portear esquís hasta casi Góriz y luego además encontrar nieve dura, que sería más cómodo ir a pata, pero las condiciones cambiaron precisamente ese fin de semana. 

Desde la pradera hay casi nieve continua hasta encima de las Gradas de Soaso, salvo algunos tramos puntuales como los abrigos de Frachinal y algún que otro tramo de la pista. Pero creo que no comprensa andar quitando y poniendo esquís. La nieve esta muy dura o helada, y sin ser imprescindibles los crampones, hay que ir bien atentos para no caerse si optamos por no ponérnoslos. Yo no me los puse de la Pradera a Goriz, ni de las clavijas a la Pradera en el descenso, pero reconozco que a tramos, para la vuelta, eran necesarios.

Durante todo el primer kilómetro está todo congelado, subo por la margen izquierda, y no veo a nadie en todo el recorrido hasta las Gradas. Me acerco a ver las cascadas, están bien majas llenas de chupones. Subo sin prisa, tan sólo con las pausas de las fotos. Apenas veo a nadie y disfruto de la subida, tanto casi como cuando por el encima de las Gradas, el sol me calienta y me reconforta con gusto.


Ambiente gélido en la antigua casa Oliván.

Espectaculares cristales de hielo en la pradera.

Todo congelado.



Este nuevo cartel, queda un poco "yankee", el espacio más grande destinado a las prohibiciones...

Camino congelado.





Algun corto tramo de la pista no tiene nieve continua.

Cascada del Estrecho desde abajo.




Abrigos de Frachinal.





Por encima de las Gradas, se agradece ver el sol y su calor. Sin prisa pero sin pausa, paso por la Cola de Caballo y subo por la clavijas, completamente secas, y no es hasta un poco más arriba cuando aparece la nieve. Tras pasar el atajo que se sigue en invierno para evitar el tramo de aludes, la nieve ya es continua, y me pongo los crampones, así hasta Góriz. 

La nieve que días atrás permanecía dura como una piedra salvo las horas centrales en las que transformaba un poco, ha cambiado. La noche pasada hubo inversión térmica y no heló, con lo cual, el manto nivoso está más blando, y desde antes de Góriz echaré de menos los esquís. 

Tras 2h45', llego a Góriz, en la terraza saludo a Iván y conozco en persona al maquinón de Ekaitz Maizva con otro "alicate" (Tasio Martín) a abrir una nueva vía "Azkeneko Anarkista" (El último anarquista, 320m, M4, 7a) a los Picos de la Cascada. Ellos arrancan y yo me quedo perezoso disfrutando de la charla y de lo bien que se está en la terraza de Góriz. Poca gente, solecico bueno y sin aire. 


Parece que no hay mucha nieve pero hay más de la que parece.


No me canso de disfrutar de estas vistas.

Las cascadas de Góriz no engordan este año seco.

Crampones y continuidad de nieve de aquí para arriba.

Mirada hacia Marboré y la diagonal por la que quiero subir.

Llego a Góriz tras 2h45'.

Veo las obras más recientes, han cambiado el acceso, ahora entras directo cruzando las antiguas taquillas y cocina. Al cerrar la puerta, el comedor es menos frío.

Buenas vistas de la oficina de trabajo.



Me cuesta mucho arrancar, apetece seguir en la terraza con lo bien que se está, pero mi motivación sigue firme y me pongo en marcha, aunque veo que el horario ya no es muy compatible con el Marboré. Cojo el camino de la Brecha, siguiendo la huella de los dos máquinas que me preceden. Por desgracia, al no helar la noche anterior y haberse producido una inversión térmica, la nieve no está dura como jornadas atrás, y la huella es profunda. Al llegar al resalte rocoso, valoro mis opciones, veo que no llegaré a tiempo al atardecer si voy al Marboré, y me termino de decantar por el Tobacor, un pico en el que ya he dormido con anterioridad y le tengo buen recuerdo. 

Cruzar el llano hacia el collado del Descargador, será una soba que no me esperaba. No hay huella, y la nieve blanda hace que me hunda y sea un suplicio. Además no corre el aire y hace un calor sofocante. Un poco más arriba veo que Ekaitz y Tasio también están sufriendo lo suyo, su progresión no es más rápida que la mía (es verdad que van mega cargados de material y van a hacer dos noches en altura). Creo que se equivocan al subir, se pasan de largo la canal clave y luego tendrán que dar un rodeo hasta por debajo de la Torre de Marboré para luego asomar ya casi al anochecer por el collado de la cascada.


Arranco no sin pereza.

No contaba con la soba de abrir huella.

Me costó esfuerzo llegar al cordal.



Buena soba se dieron...

Remontaron de frente.

Alcanzo por fin el cordal y se acabó el abrir huella.

A partir de aquí la subida ya es más llevadera.

Aunque la arista tiene varios subes y bajas.



Bonitas vistas hacia Añisclo y Peña Montañesa.

Alcanzo la cumbre y sin perder el tiempo preparo el vivac, tengo el timepo justo para cenar antes de que se vaya el sol y empiece a hacer frío. No hay casi nieve arriba, salvo la justa para molestar. No queda rastro ni de la corraleta de piedras de cuando dormí hace más de 20 años ni del gran mojón que monté en mi última ascensión en 2018. Preparo  una pequeña corraleta de piedras, aunque no dispongo de mucho material, ya que la nieve y el hielo sujetan las piedras con más fuerzas que yo. Me siento por fin a disfrutar del atardecer, lamento no haber traído el trípode para hacer fotos hacia Zaragoza y Ainsa. Una pena la ausencia total de nubes que tanta belleza aportan a estos momentos. Mientras ceno veo que Ekaitz y Tasio alcanzan el collado de la Cascada donde dormirán antes de su escalada. 


sin pausa preparo el vivac




Cotiella

Zoom al Perdido.








Una pena que no haya nubes.



Solo por contemplar esta imagen, merece la pena el esfuerzo de subir hasta aquí.



Moncayo al fondo.

Se intuye la silueta de Peña Oroel.

Hacia Tendeñera y Otal




Se intuye la luz del refugio de Góriz.

Hacia Zaragoza.




Conjunción de la luna y Venus




La noche fue de lo más tranquila, el aire que tras el atardecer se levantó, se paró al poco, y apenas hubo alguna ráfaga. la temperatura apenas bajo de -3ºC. Noche de las de hacer afición. descansé muy bien. 


Primeros colores de la mañana-

Amanece por la colladeta del Ibón de  Basa de la Mora en Cotiella.


Mini video del atardecer y amanecer...








Macizo Tendeñera

Macizo Garmo Negro e Infiernos

Punta Escarra, Pala de Ip, al fondo Bisaurin y Puntal de Secús.

Se heló el agua pero no demasiado.



Por la mañana dudaba sobre qué hacer, si subir hacia Marboré, o hacer algo diferente. La idea de abrir huella no me atraía demasiado, así que se me ocurrió una idea un tanto majadera, bajar a conocer el refugio de pastores que hicieron en 2020, a sabiendas de que estaba cerrado. Es una bajar y subir de más de 400 metros de desnivel, pero por aquello de ir a conocer algo nuevo... me picaba la curiosidad. Dudo si volver por debajo hacia Góriz, pero la idea de ir abriendo huella todo el rato no me motiva, asi que opté por subir y bajar recto.

Bajaré recto a conocer el refugio de pastores.





El refugio se hizo con dinero del Parque Nacional y fondos europeos con motivo del Centenario del Parque (2020) en las faldas para el Tobacor, (150.000€). Tiene una litera doble, mesa, luz y un enchufe. Uso exclusivo para pastores. La cabaña fue diseñada por Estudio de Arquitectura y Urbanismo BAU , y ejecutada por Prames, que como era de esperar, dejo su sello en la obra y apenas año y medio después, las ventanas ya no cierran. La puerta, al menos, permanece cerrada. No sé, eso de emplear la piedra seca me pareció muy buena idea cuando leí la noticia, pero cuando vi la ejecución, tampoco me maravilló, la rejilla metálica que contiene la piedra de la cabaña, me echó un poco para atrás, en caso de tormenta, no se yo...

Piedra seca pero mucho metal se ve.


Detalle interior.

Este refugio tiene a dos pastores en el verano, el resto del tiempo está cerrado.No sé, seguro que si no se pagara con subvenciones públicas y no lo hiciera Prames, podría salir más económico y más duradero. Unas cuantas de ese tipo por varios valles del Pirineo, a alguno nos gustarían más que los macro refugios actuales tan demandados. 

Saciada la curiosidad, vuelvo por donde he venido y bajo hasta Góriz, me despido de Iván y me bajo tranquilamente para el valle. Disfruto de nuevo haciendo fotos por el valle y sobre todo por el entorno de la pradera helado. Bajaré con Raúl, guarda de Llauset hasta Broto.

Zoom al Casco , desde Tobacor.

Desciendo por la arista sin problemas

Tras hundirme de nuevo en la nieve blanda, llego a Góriz.

Clavijas y valle abajo.

Esta para disfrutar el valle, bien abrigados, eso sí.

Cascada de la Cueva.

No estaba para bromas el sendero, bien helado, requería crampones.

En este tramo helado, me entretuve haciendo fotos casi una hora...




Para disfrutar con calma.


Me sentí afortunado de contemplar estas curiosas formaciones.


Flores de hielo, pura delicadeza.






Hubo que moverse con cuidado...



Cristales alucinantes.


Y Colorín colorado... la helada se ha terminado.



Tan contento y satisfecho me voy para casa con las pilas recargadas, pero que bien me sienta Ordesa.