Miércoles 19 de mayo de 2021
Cueva de San Cristóbal - Arganza.
Día libre que aprovecho de forma intensiva... Primero estuve buscando, sin éxito, perrechicos. Luego visité esta cavidad y por la tarde me acerqué a Hontoria, a recorrer su sendero espeleológico.
Llego a San Leonardo de Yagüe, y de allí, dirección al Puente de los Siete Ojos, sentido hacia Santa María de las Hoyas. En seguida, llegamos a la pequeña aldea de Arganza. Hay que ir atentos, para coger un pequeño desvío a mano izquierda. Seguir la pista hacia la base del evidente Cerro de San Cristóbal. La senda sube sin piedad teniendo como referencia un tendido eléctrico que no ofrece pérdida.
Track acceso. Aparco y con el calor que hace, y viendo el repecho, decido no cambiarme en el coche, lo haré a la entrada de la cueva. La subida es directa, pero corta y no ofrece problemas. Apenas 500 metros de distancia, que nos llevarán 15 minutos. Seguir el tendido eléctrico, luego senda evidente a la sombra entre el pinar, hasta alcanzar unos restos de un antiguo vallado. Pasada la "puerta", unos 40 metros más arriba, aparece un sendero poco marcado al principio, casi paralelo a la senda que sube recto, pero a su izquierda, en dos zetas nos deja en la boca de la Cueva.
Se trata de una pequeña cavidad, pero que me pareció interesante y con bastantes formaciones. Su desarrollo son poco más de 300 metros, y desciende 13 metros. Sigo las indicaciones que encuentro en el blog de Los Pelendones de San Leonardo. Me parece muy bien descrita la cueva y su adaptación de la topo (Lo añado al final).
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Unos mojones indican el camino, a la izquierda, casi paralelo a la senda que sigue recta. |
La entrada es casi el paso más delicado. Una rampa pronunciada, que tiene dos pequeños resaltes de un metro cada uno casi verticales. Bajaremos tumbados, ayudados de la pared que tendremos frente a nuestra cara. Hay una cuerda de tender a modo de pasamanos que casi es mejor no tocar por lo dañada que está. nos mancharemos el culo y la espalda inevitablemente. si vamos con gente inexperta, puede ser conveniente poner una cuerda para la bajada (15 metros) Pasados los primeros metros más verticales, la rampa pierde inclinación pero todavía no gana altura. Bajamos rectos, aunque hay otra bajada paralela a la derecha.
Pasado un pequeño ventano, entramos a la primera sala, que yo denominé "La Sala de las Raices" donde nos ponemos de pie y observamos la gran cantidad de raíces que están visibles. En esta ocasión con gotas de agua.
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La entrada es una rampa inclinada. |
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La cuerda esta bastante tocada. |
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Hay un par de resaltes verticales. |
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Después la rampa pierde inclinación. |
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Al terminar la bajada, aún nos queda un poco más agachados. |
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Por este ventanuco entramos a la sala de las Raíces y nos ponemos de pie. |
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De la sala de las raíces ya se ve la entrada del tubo de presión a la izquierda, y el piso inferior a la derecha. |
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A la izqda. la entrada al tubo de presión, y recto, por arriba, sigo al pasillo de techo bajo. |
De la Sala de las Raíces, observo un agujero a la entrada, y otro casi a la altura del "Tubo de Presión", y es que debajo de este suelo, se encuentra otro espacio a otro nivel inferior. Lo dejo para otra ocasión, Paso de largo el tubo de presión, y por una zona de techo bajo, con bastantes formaciones, llego hasta la sala del Patato, la parte más amplia de la cueva. De aquí, retrocedo por el Tubo de Presión a por el trípode que dejé al principio en la sala de las Raíces. Vuelvo a la sala del Patato, y la voy recorriendo.
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Por el pasillo de techo bajo también se llega al Patato. |
La cueva es cómoda de recorrer. Me cuesta percibir el giro que hace la cueva. Voy a los extremos, pero no bajo a la sima que hay en la sala del Colón. De regreso, bajo a un pequeño ramal donde me encuentro un pequeño murciélago. No encuentro el tubo para volver a salir y retrocedo sobre mis pasos.
Quizás en otra ocasión, y acompañado, me anime a recorrer las zonas estrechas que he dejado hoy. Mi tripa ruge y estoy ya pensando en la actividad de esta tarde.
Cavidad interesante, para repetir.
Descripción de la Cavidad por LOS PELENDONES
Después de ascender la dura senda hasta la entrada de la cueva,
y tomar un poco de aire, preparamos las linternas, nos pusimos la ropa
apropiada y nos adentramos descendiendo por la rampa de entrada. Se trata de
una rampa de altura muy baja en la que hay que arrastrarse y descender una
distancia de aproximadamente 20 metros hasta desembocar en la primera galería
(1), en la que nos pusimos de pie y comenzamos la exploración. Esta galería no
es muy grande y lo más peculiar son las raíces que cuelgan del techo y una sima
no muy profunda en la que se puede descender sin cuerda a un piso inferior.
Antes de adentrarnos por el “tubo de presión” hasta la “Sala del
Patato” accedimos a otra galería casi paralela (2), de acceso un poco incomodo
y que se comunica también con la “Sala del Patato”. Esta galería es estrecha y
de baja altura, pero lo más espectacular es que desde ahí podemos divisar una
grieta profunda, por la que más tarde pasaremos y ascenderemos casi escalando
para salir de la cueva.
Retrocedimos a la primera galería y nos adentramos en el “tubo
de presión” (3). Esta es una de las partes que más impresiona al visitante la
primera vez que entra. Este túnel no tiene más de dos metros de altura y 90 cm de
ancho por unos 6-8 metros de largo, pero lo espectacular son sus paredes lisas
y el techo abovedado que da la sensación de estar excavado por la mano del
hombre.
Del tubo de presión pasamos a la “Sala del Patato” (4), una
galería muy grande y alta en la que se encuentran bastantes formaciones y
algunos derrubios. Caminando por su parte izquierda recorrimos toda la sala por
su parte inferior dejando el resto, más elevado, para explorar a la vuelta.
Dimos un giro casi en ángulo recto en la “Sala Grande” (5) fijándonos en sus
espectaculares formaciones en el techo y paredes para acceder a la parte más
profunda de la cueva.
Para recorrer esta última parte de la cueva (6) descendimos con
mucho cuidado de nuevo por una galería con un suelo muy irregular. Una vez que
vamos descendiendo, vemos que la galería se expande a ambos lados. En la parte
central destaca una gran columna, en la parte izquierda después de subir a un
pequeño balcón podemos ver una sima de unos 3-4 metros de profundidad sin
salida, y la parte derecha de la galería da paso a otra más pequeña en la que
hay que entrar agachado por su baja altura y en la que alguien parece que dejó
olvidado un pequeño belén en navidad. Unas marcas a unos 40 cm de altura
indican que esta parte ha estado inundada con agua durante mucho tiempo.
Retrocedimos de nuevo ascendiendo hasta la sala grande, pero
esta vez caminamos con cuidado por la parte alta de la sala, ya que hay mucho
barro y una pendiente muy pronunciada. Desde aquí descendimos en dos grupos
separados con cuidado a una sala pequeña (7) pero muy alta, en la que vuelve a
comunicarse con la sala grande, no sin antes arrastrarse otra vez ascendiendo
primero por una rampa muy inclinada y posteriormente por un pequeño túnel con
el suelo muy rocoso causado por los derrumbamientos del techo.
De nuevo en la sala grande comenzamos descendiendo por una zona
un poco más incómoda de transitar (8), ya que de nuevo hay que arrastrase
debido a que el techo es muy bajo en algunas zonas y esquivar grandes rocas y
otros obstáculos que nos pone la cueva. El suelo en esta parte estaba muy
embarrado y con muchos charcos debido al mes de lluvias intensas que pasamos.
Una vez superada esta última parte, caminamos por una estrecha galería
inclinada (9) en la que el techo va descendiendo progresivamente hasta el punto
de tener que agacharse y que parece no tener salida, pero un camino casi oculto
nos deja girar a la derecha por un hueco que comunica con una estrecha grieta
(10). Esta grieta es la que divisamos al principio desde la sala (2) y por la
que ascendimos casi escalando hasta otra galería de la cueva (11), que discurre
paralela a la primera sala, y da acceso a la rampa por la que hemos descendido
al interior de la cueva al principio.
Ya desde aquí algunos iniciaron el ascenso por la rampa para salir de la cueva
y algunos descendimos por la sima situada junto al tubo de presión. Esta sima
da acceso a tres galerías muy pequeñas y comunicadas entre sí, y que no tienen
salida.
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