Visita a las cuevas de Armeña.

 Sábado 8 de octubre de 2022

Visita al hielo fósil de Armeña.

Tras un verano tan cálido, los restos de hielo fósil que quedan ocultos en nuestro Pirineo han sufrido estragos. Tanto, que por un momento pensamos que los que se encuentran en el macizo de Cotiella podían haber desaparecido. Miguel Bartolomé, subió a finales del verano y no vió nieve en el suelo de la cueva, lo que hizo saltar las alarmas. No llevaba cuerda suficiente y no pudo bajar. Quedamos emplazados en volver, pero no podemos cuadrar agendas y Miguel se tiene que marchar fuera por motivos de trabajo. Así que más tarde de lo que queríamos, puedo quedar con Reyes para ir a ver lo que queda y descargar sensores. Al final también se apuntan Lupe y Carlos.

Bajando sobre el hielo duro.

Carlos y yo subimos desde Zaragoza, y Reyes y Lupe desde Jaca. Nos encontramos en Barbaruens. Seguimos por la pista, que en esta ocasión encontramos en buen estado y podemos subir hasta el final. Ellos subirán ligeros de peso. Carlos y yo, además del equipo de espeleo, llevamos material de vivac con idea de dormir en la cumbre del Cotiella. Aunque desde que pensamos este plan, la meteo ha ido variando para peor y no lo tenemos nada claro.

Algún rebollón ya vimos durante la aproximación...

En el collado frente al Pico Llosat.

A primera hora el cielo está despejado, durará poco...

Llegando al bucólico refugio de Armeña, en el que la FAM/Prames sigue sin rehacer la terraza que derribó.

Las nubes han llegado rápidamente.

Seguimos para arriba

En la aproximación disfrutamos de los bonitos colores otoñales que empieza a coger el monte. Pasamos por el refugio de Armeña y seguimos para arriba. Tras más de 2h30'  de aproximación, ya deberíamos estar cerca de la cavidad, pero en esta ocasión tendremos verdaderos problemas. Las coordenadas del GPS de Miguel no coinciden en mi móvil sobre el Orux Maps y no damos con la entrada. Perdemos más de una hora. La otra vez que estuve tuvimos más suerte, no dimos con ella a la primera, pero no nos costó tanto tiempo. Saco el drone y sobrevuelo la zona, pero parece que hay muchas oquedades que podrían ser. Nos separamos los cuatro y buscamos sin éxito. Tenemos que "tirar del comodín de la llamada", y con una videollamada a Miguel, nos dice que estamos muy altos, que bajemos. Siguiendo sus indicaciones, y pasando de las coordenadas GPS que vemos no coinciden, y lo que yo recordaba, finalmente, damos con la cavidad.  Hemos perdido mucho tiempo.

La tarea no es sencilla y nos costará localizar la A-294.

La cumbre de Cotiella se cierra para no volver a abrirse.

Muestras de extracciones para datar por paleomagnetismo.

Al obtener el mineral se investiga su orientación y como la orientación magnética de la Tierra ha ido cambiando permite saber su antigüedad.

Nos ha costado más de 3h30' localizar la entrada.

Nos metemos para adentro con un cielo inquietante.

Desde la cabecera veo que mucho más abajo hay hielo.

Panorama en agosto de 2019

Nos asomamos y vemos que no hay nieve en la base del pozo de entrada. Yo estuve en agosto del 2019 y la nieve era bien visible. Con la búsqueda, y la "pinta" poco amable del volado de entrada, Lupe y Carlos se han desmotivado y prefieren no descender. Instalo y bajamos Reyes y yo. Cuando bajo al suelo, es barro en lugar de nieve. El seguro en el que montábamos el fraccionamiento para la rampa, queda a más de dos metros de altura y es inaccesible. Nos ponemos los crampones. Improviso un desviador sobre un bloque con una cinta larga y bajamos por la rampa hasta que se termina la cuerda. He traído 33 metros de cuerda, con 40 hubiera sido suficiente para lidiar la zona delicada, y con 50 habríamos llegado a la parte inferior. Conseguimos bajar los primeros metros de hielo duro, y luego, salirnos a un lateral. Aún nos queda rampa, pero no más cuerda. Salvamos con cuidado los 4 metros delicados que nos faltan, entre piedras y hielo escondido por debajo. Después, ya es pedriza sin hielo y podemos descender hasta el final de la cavidad pegados a la pared sin más complicaciones. 

Abrigados vamos para abajo.

Vistazo desde abajo.

Un hielo duro nos recibe. Crampón y cuidado en el descenso.

La nieve ha desaparecido por completo, y solo queda hielo y piedras. El frente ha perdido unos dos metros de retroceso sólo con respecto al año pasado. Mientras Reyes descarga los sensores de temperatura y realiza las mediciones yo hago fotos. Esta claro que este hielo fósil, de los más antiguos que tenemos, no perdurará muchos años, y el hecho de que no esté cubierto de nieve, va a acelerar su desaparición en pocos años, menos de 10 seguro, y como vengan más veranos tan cálidos, igual ni 5 años más.

Nada que ver en 2019 que bajamos sin crampones por la rampa.

La cuerda se acaba a mitad de rampa.

Seguimos bajando por el lateral sobre piedras que tapan el hielo.

Aún queda hielo 😅

El muro de hielo con sus 7 metros de altura impresiona.

Pronto caerán dos grandes piedras.

Subimos. Cojo una de las cuerdas auxiliares que hay abajo para cuando había que equipar el muro de hielo, y la dejo al pie del pozo de entrada, por si fuera útil para la siguiente recogida de muestras. 

Terminados los trabajos, recogemos.

Justo cuando salimos a la superficie, empieza a chispear. Parece que nuestro deseo de dormir arriba del Cotiella hay que abandonarlo por completo. Nos ponemos el goretex, la funda par la mochila y metemos la directa para abajo. A la media hora deja de llover, pero el cielo no invita al optimismo, así que seguimos bajando. Carlos y yo, nos quedaremos en Armeña a pasar la noche. Lupe y Reyes se irán para Jaca.

La lluvia nos persigue y obliga a bajar.

Por fin dejar de llover y bajamos sin estrés.

Por la noche, nos juntamos con unos catalanes y un local de Castejón de Sos. Buen ambiente montañero, casi raro de encontrar últimamente. Hacemos fuego y hasta unos rebollones a la brasa.

Por la mañana, estamos perezosos, no nos motiva ningún plan en exceso, y optamos para bajar e improvisar una actividad alternativa con la Ferrata de Graus.