22 de julio de 2020
Barranco Yesa Superior desde Buerba.
Sigo con entradas del verano...
Aprovechando que estamos por la zona, llevo a Ros y a Nacho a que conozcan un barranco que para mí es muy especial, y que puede ser una buena opción para crear afición con niños. El Yesa Superior no es un barranco de adrenalina, todo lo contrario, (aunque si se hace sin cuerda, puede ser emocionante...). Es un barranco para emocionarse por su belleza, para mí, es como un vergel en medio de un desierto de estepa.
Sólo llegar a Buerba ya es casi una expedición, carretera sinuosa y entretenida, pero con vistas de lujo. Antes, no es que nunca hubiera mucha gente, pero algún francés o algún romántico como nosotros ya se veía. Pero desde que arreglaron la pista que lleva a Yeba desde San Martín de la Solana, la aproximación más corta es por allí, y sobre todo, el retorno es más llevadero, por tanto, no nos extraña tanto que no haya nadie. Disfrutaremos del barranco en total soledad, que es otro de sus puntos fuertes.
Aparcamos a la entrada del pueblo y lo cruzamos rectos. Bajamos por el sendero y llegamos al cauce. Desde allí, nos queda remontar el tramo de río que vamos a descender posteriormente por el cauce. Ese tramo con calor, es un poco pesado, pero también con una belleza singular entra aliagas, bojes y quejigos.
Charrando, me despisto y subimos más de la cuenta, llegando al Puente de Yeba. Bueno, así conocemos el final del otro acceso. La llegada al cauce es más cómoda. si te desvías antes de llegar al puente, bajando a la izquierda de la senda mientras aproximamos, se evita el tramo de andar por el río, pero no es una bajada cómoda y hay un destrepe al final, aún así, yo prefiero esta opción por rapidez, que andar luego por el río.
Nos vestimos al pie de la bajada "normal" y nos preparamos para disfrutar de esta maravilla, con calma, sin prisas y a nuestro aire. De entrada, tras un primer chapuzón, llega uno de los puntos fuertes del barranco, el primer rapel. El barranco se estrecha y cierra en un punto. Hay varias instalaciones de cabecera a elegir según caudal. Se trata de un enclave muy chulo. El salto es factible desde el árbol, pero son casi 11 metros, para los jóvenes... nosotros rapelamos.
A partir de allí, es una tranquila sucesión de marmitas, tramos de andar, todas las paredes llenas de verde, musgos, líquenes, grasillas, Orejas de Oso (Ramondia Miconi) y Coronas de Rey (Saxifraga longifolia) por doquier. Barranco para disfrutar sin prisas. Hay algún tobogán y un salto que es factible repetir una vez pasado y volver a subir. Después llegamos al otro gran punto de interés, el Estrecho de Ponderabiella, un tramo más estrecho sobre roca madre de gran belleza, ya relatado por el amigo Lucien Briet que también discurrió por estos lares.
Tras otro tramo de vegetación exuberante y andar entre algún que otro tobogán, llegamos al último estrecho, donde se cierra el cauce y entramos a un tramo de oscuros. El rapel, de 4 metros, tiene la instalación en la margen derecha y es algo incómodo de rapelar. Es mejor saltar, destrepando a la piedra donde bota el agua y hacer un pequeño salto, flexionando para la recepción.
Poco después el barranco se abre y ya sólo nos resta andar hasta dar con el mojón de piedras que nos indica el camino de subida hacia Buerba, por donde hemos bajado, nos esperan 35' de subida al sol.
Barranco muy agradecido, para disfrutar con calma del entorno y de la compañía. A pesar de haberlo descendido en más de 10 ocasiones, me sigue encantando.
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