Barranco de Yesa Superior - Un Oasis de tranquilidad - Multiactividad III
Continuamos con la tercera parte de nuestro plan para evitar la ola de calor: barrancos y vivacs.
Después de vivaquear en la cumbre de Suelza, bajamos hasta Parzan y aprovechamos para almorzar y diseñar la jornada. Beto se nos "raja", y prefiere bajarse a Zaragoza. Tenemos que abortar el plan de descender el barranco de Trigoniero y tenemos que bajarle hasta Escalona donde tiene su coche..
Nos quedamos Carlos y yo, estudiamos la posibilidad de bajar la Garganta de Miraval, pero como sólo tenemos un coche y somos un grupo pequeño para un descenso acuático que ninguno conocemos, preferimos algo más tranquilo, y nos vamos en busca de paz hasta Buerba, en el altiplano de Vió.
Antes de empezar, comemos en uno de los Bares de Buerba, y con el estómago lleno, y el calor dejándose notar, nos vamos para el fondo del barranco.
La aproximación de una hora es el "peaje" de este barranco (bueno, y también el retorno) pero nos garantiza la tranquilidad. Y ese será el marcado carácter de este barranco, la belleza vegetal en un precioso ecosistema que te hace sentir en un oasis en medio del desierto.
He hecho este descenso muchas veces, y me sigue encantando!! El pasillo del Estrecho de Ponderabiella es un lugar mágico, y el oscuro final también!!
Mi idea era aprovechar también para visitar la cueva de Manatuero, pero no hubo tiempo, y la dejamos para otro día.
Nos llevó en total 3h30' sin prisas. 1h15' + 1h45' descenso + 30' retorno).
La aproximación es bastante evidente. Se sale por la única calle de Buerba, dirección al cauce del río Yesa, y se sigue el sendero que lleva al bucólico pueblo de Yeba. Tras el descenso inicial (que al terminar el descenso habrá que remontar), se empieza a remontar el cauce, por senda entre quejigos y bojes, a veces con sombra que sea gradece, porque el calor apreta. Tras tres cuestas de barrancos afluentes, y poco antes de cruzar el río, una evidente senda se desvía de la principal hacia el cauce. El barranco tiene una entrada que recuerda un poco a la de Gloces.
Un rapel de 11 metros (saltable para valientes). Nosotros usamos la instalación del árbol a mano izquierda. Y nos introducimos en el pasillo vegetal y pétreo. Anda flojo de agua, pero como siempre tiene ese mínimo que aporta el manantial, lo suficiente para disfrutar.
Poco a poco vamos pasando por bonitas marmitas y curiosas formaciones, rodeados de musgo y árboles. No tiene ninguna dificultad, salvo resbalarse, y es momento de disfrutar.
Primero el Estrecho de Ponderabiella, luego un tramo mas abierto y para el final el segundo resalte. Rapel incómodo a la derecha, que es mejor evitar, destrepando por el cauce y saltar (1 metro) desde una pequeña repisa, a la derecha de donde salta el agua.
Solo nos resta disfrutar y coger fuerzas para la remontada final. De subida aún me meto por la pinchuda y poco marcada senda que conduce a la escondida entrada de la cueva de Manatuero.
Pero no hay tiempo de más, queremos subir a dormir a Sestrales (Multiactividad IV) esa misma tarde...
Continuamos con la tercera parte de nuestro plan para evitar la ola de calor: barrancos y vivacs.
Después de vivaquear en la cumbre de Suelza, bajamos hasta Parzan y aprovechamos para almorzar y diseñar la jornada. Beto se nos "raja", y prefiere bajarse a Zaragoza. Tenemos que abortar el plan de descender el barranco de Trigoniero y tenemos que bajarle hasta Escalona donde tiene su coche..
Nos quedamos Carlos y yo, estudiamos la posibilidad de bajar la Garganta de Miraval, pero como sólo tenemos un coche y somos un grupo pequeño para un descenso acuático que ninguno conocemos, preferimos algo más tranquilo, y nos vamos en busca de paz hasta Buerba, en el altiplano de Vió.
Antes de empezar, comemos en uno de los Bares de Buerba, y con el estómago lleno, y el calor dejándose notar, nos vamos para el fondo del barranco.
La aproximación de una hora es el "peaje" de este barranco (bueno, y también el retorno) pero nos garantiza la tranquilidad. Y ese será el marcado carácter de este barranco, la belleza vegetal en un precioso ecosistema que te hace sentir en un oasis en medio del desierto.
He hecho este descenso muchas veces, y me sigue encantando!! El pasillo del Estrecho de Ponderabiella es un lugar mágico, y el oscuro final también!!
Mi idea era aprovechar también para visitar la cueva de Manatuero, pero no hubo tiempo, y la dejamos para otro día.
Nos llevó en total 3h30' sin prisas. 1h15' + 1h45' descenso + 30' retorno).
La aproximación es bastante evidente. Se sale por la única calle de Buerba, dirección al cauce del río Yesa, y se sigue el sendero que lleva al bucólico pueblo de Yeba. Tras el descenso inicial (que al terminar el descenso habrá que remontar), se empieza a remontar el cauce, por senda entre quejigos y bojes, a veces con sombra que sea gradece, porque el calor apreta. Tras tres cuestas de barrancos afluentes, y poco antes de cruzar el río, una evidente senda se desvía de la principal hacia el cauce. El barranco tiene una entrada que recuerda un poco a la de Gloces.
Un rapel de 11 metros (saltable para valientes). Nosotros usamos la instalación del árbol a mano izquierda. Y nos introducimos en el pasillo vegetal y pétreo. Anda flojo de agua, pero como siempre tiene ese mínimo que aporta el manantial, lo suficiente para disfrutar.
Poco a poco vamos pasando por bonitas marmitas y curiosas formaciones, rodeados de musgo y árboles. No tiene ninguna dificultad, salvo resbalarse, y es momento de disfrutar.
Primer rapel de 11 metros, saltable para valientes... |
El rapel visto desde abajo |
La tónica del barranco, agua tranquila, badinas y vegetación. |
Por sus aguas limpias, es fácil ver tritones, vimos pero no se dejaron retratar... |
Primero el Estrecho de Ponderabiella, luego un tramo mas abierto y para el final el segundo resalte. Rapel incómodo a la derecha, que es mejor evitar, destrepando por el cauce y saltar (1 metro) desde una pequeña repisa, a la derecha de donde salta el agua.
Entrando al Estrecho de Ponderabiella. |
Lucien Briet fue de los primeros en hablar de la belleza de este lugar... |
Mini-Toboganes y pequeños saltos amenizan el descenso |
Aunque también hay saltos majos si los buscas... |
Bonito decorado... |
Segundo rapel, saltable desde esa piedra. |
Precioso tramo de oscuros finales |
Una caída de troncos obstaculiza el paso al final del barranco.. |
Solo nos resta disfrutar y coger fuerzas para la remontada final. De subida aún me meto por la pinchuda y poco marcada senda que conduce a la escondida entrada de la cueva de Manatuero.
Pero no hay tiempo de más, queremos subir a dormir a Sestrales (Multiactividad IV) esa misma tarde...
Una información erronea que se da en este artículo: en Buerba existen varios bares no "el bar de Buerba". Existen varios y algunos desde hace muchos años. Un saludo.
ResponderEliminarAnónimo, Perdona! No tenía intención de desmerecer ni al pueblo ni a ninguno de sus bares! Tienes toda la razón, al menos que yo sepa hay dos, el de Casa Lisa, que lleva muchos años y la Terraza de la plaza, creo que es El Fresno, pero no estoy seguro de sí es ese su nombre.
ResponderEliminarHe comido en ambos sitios y genial en los dos!! Si hay otro, dime dónde para e iremos a catarlo! ;-)
Corrijo la entrada.