Ayer por la tarde, junto a un amigo forestal de la zona y su hijo, nos acercamos a Martín del Rio, a descender un pequeño pero interesante barranco de las tierras con encanto que guarda Teruel.
El Barranco en sí, es breve, se trata de sólo dos estrechos, conocidos aquí como Hocinos, son el Hocino del Pajazo y el Hocino de las Palomas, llamado así por la preciosa cavidad por la que baja el rio y la abundante presencia de palomas en su interior.
Yo ya lo conocía, lo descubri en mayo de 2007, y digo bien descubrí, porque aquello fue toda una hazaña, ya que con apenas información (.. hay un barranco majete por Martín del Río...), el azar se alió conmigo, y me permitió encontrar el camino acertado en un red de pistas sin señalizaciones. Hoy ya existe una publicación donde mirar la topo, e incluso alguna indicación de carteles en algun cruce de pistas.
Al barranco en cuestión se puede acceder por abajo desde Martín del Río o por arriba desde las Parras de Martín (mas interesante si se quiere combinar con el barranco de las Chorrederas, que sale de allí mismo). Nosotros, yendo solo par aun rato de una tarde, fuimos desde Martín del Río, tomando un pista a la entrada del pueblo (a la salida si venimos de Montalbán). La pista no es muy mala, alguna rodada y un poco de barro, pero se pasa. En un cruce evidente, hay una indicación al Hocino de la Rambla (otro paraje muy bonito que bien merece un paseo). al Hocino marca a la derecha, pero nosotros tomaremos el camino de la izquierda, hacia la chopera que hay junto al río, al llegar al rio, nuevo cruce, éste indicando al Hocino del Pajazo, para finalmente llegar al pueblo abandonado del Pajazo. Tras vadear un par de veces el rio dejamos el coche, aunque la pista sigue ya en peor estado. Remontar un sendero ya teniendo a la vista el desfiladero...
y el Hocino del Pajazo, una bonita cascada de 20m. por la que luego descenderemos.
La aproximación es evidente. Hay que remontar el cauce del río. El año pasado colocaron una pasarela y varios puente para llegar hasta la Cueva de las palomas. Más recientemente, esas pasarelas fueron renovadas por otras, ya que las primeras se las llevó una tormenta.
También han limpiado la maleza, haciendo un sendero, que las zarzas ya estan invadiendo, pero que deja pasar mas comodamente que antes. Tras el segundo puente, tomar una pista que hay a la izquierda (margen derecha del rio) y remontarla para salvar el estrecho. Tras coronar la cuesta, volver al cauce campo a través.
El rio baja muy limpio, y aunque ya con poco caudal, aún corre lo suficiente para disfrutar. Caminando por el rio, con mucha sedimentacion en el fondo, llegamos al estrecho, la zona mas bonita. Lo cierto es que fuimos bastante tarde, y las luces no eran las mejores, las fotos no han salido muy bien, por lo que no hacen justicia con el sitio.
Allí un primer salto de 3 metros optativo, nos introduce en medio del desfiladero. El sitio es de primer orden, recuerda un poco al Mascún, lástima su brevedad!
Foto de 2007
Se alcanza un pasamanos de cadenas, muy lastimado por las crecidas. La mitad de los paraboles están tocados y se mueven...?? inquieta un poco. Dél último, hay que hacer un rapel volado de casi 15 metros. Es un rincon muy guapo. Esta vez el rumor del agua era mejor, pero tengo el recuerdo de la primavera del 2007 como algo atronador!!
Lástima de instalación....
Jesús en la salida del rapel... |
Un poco mas abajo...
El Pozo visto desde abajo...
Otras vistas...
Tras el pozo, se llegan a las pasarelas, justo antes hay un salto de 2 metros, (saltar lejos, hay una piedra rompetobillos cerca) Luego abandonamos el cauce del rio, por rapidez, y vamos por la senda hasta el Hocino del Pajazo.
La última...
Dario en el Rapel del Hocino del Pajazo ...
Se trata de otro rapel, éste de 20 metros, muy estetico, donde según la fuerza del agua podemos ir mas lejos en el pasamanos para nuestra comodidad en el descenso.
Glups! El casco nos lo dejamos en el coche!!! Error fatal!!
Últimas luces...
Ya casi con las últimas luces del día, (cada vez se nota que dura menos) terminamos contentos, con un sonrisa de oreja a oreja y sintiéndonos afortunados de poder haber disfrutado de una tarde bien empleada, en un rincón muy majo, apartado un poco de las zonas masificadas.
Dichoso Teruel, grandes joyas en estuche pequeño!!