En esta ocasión voy con los compañeros del Alto Duero (SEAD). Vamos Josemi,
Gabi, Alfonso y yo. Vamos motivados a esta cueva sabiendo que no es
una cueva fácil y que en alguna ocasión habían tenido problemas de oxígeno,
pero siendo invierno esperamos no tener problemas.
Josemi ya conocía la cavidad, para los otros tres era nueva. Accedemos desde
Casarejos, cogemos la pista de las Tainas, y pasado el Casetón, cuando
llevamos 2,2km de pista, nos desviamos por la pista de la derecha,
continuamos otros dos kilómetros más, girando a la izquierda en las
bifurcaciones. Tras el primer kilómetro, nos metemos en el bosque y el
camino esta peor. Hay barro y Alfonso, gracias a su todoterreno y su pericia
al volante, legamos hasta la boca de la sima, cuya ubicación yo conocía bien
de
visitas anteriores explorando
la zona..
Track.
Una vez allí, nos vestimos. La entrada tiene dos bocas, entramos por la
pequeña. Voy a instalar yo, y Josemi detrás, hará otra instalación
independiente para practicar. Yo no conocía la sima y me daba cierto respeto
por lo que había leído, pero luego no me pareció para tanto. No es una cueva
de iniciación, pero está muy bien para practicar como instalador, no es
siempre evidente. Hay instalación preparada para rescate con camilla con
tres spit en varios puntos, pero no son los más convenientes para la
instalación sencilla.
Empezamos a bajar, de la cabecera de spit, pasamos por un desviador con un
parabolt ya instalado, y nos metemos en una diaclasa, grieta estrecha que
será la tónica de la cueva. Con algún punto más obligado y piedras sueltas
en algún tramo. Voy fraccionando hasta llegar a un agujero-tubo, que parece
algo al llegar, pero que se pasa fácilmente.
Josemi va detrás de mí haciendo otra instalación independiente.
La sala primera llena de helechos vista desde fuera mientras instalamos.
Entramos a la diaclasa.
Cavidad laboriosa de instalar.
Tubo de bajada con piedras sueltas a vigilar.
Vamos para abajo.
Llegando al agujero
Al pasar el agujero le comento a Josemi que empiezo a notar el aire
enrarecido, pero él no nota nada y seguimos bajando. En otro fraccionamiento
más, me coloco encima de la amplia sala final, me cuesta localizar la
cabecera, pero una vez encontrada, se baja muy bien, en un volado de 12
metros llego al fondo de la sala. Allí abajo, sí que noto la falta de
oxígeno de forma notable. Se lo comento a Josemi, y cuando él llega a la
parte alta de la bóveda de la última sala también lo nota.
El agujero visto desde abajo.
Pocas, pero alguna formación hay...
Después del agujero cuesta encontrar los spits.
Es estrecho pero sin agobiar.
Desde el suelo de la sala final hacia la diaclasa.
Sala final.
La cavidad desciende hasta la cota de -80 metros, pero los últimos se descienden andando por una rampa. Se distinguen bien tres tramos, uno primero de unos 10 metros, abierto desde la cabecera de entrada hasta entrar en la diaclasa, cómoda y bien decorada con los helechos. Después viene el tramo estrecho, de unos 60 metros, la diaclasa sinuosa, en la que pasado el agujero, se vuelve más amplia sobre todo longitudinalmente. Y por último, queda el pozo final que da acceso en volado (12 metros) a la última sala que desciende en rampa. Y donde están los problemas con el oxígeno.
Tenemos claro que hay que salir cuanto antes. Apenas hago dos fotos y me voy
a colocar el pantin (bloqueador de pie) y al agachar la cabeza casi me
mareo. Me apoyo en la pared y le pido a Josemi que me lance una cuerda por
si acaso, y rápidamente me tiene sujeto. Empiezo a subir con serenidad,
tranquilo y sin prisas, sólo con subir 5 metros ya noto el aire mejor, y al
llegar a la cabecera del volado, ya sin problema.
Con paciencia vamos desinstalando. Al llegar al agujero, paso a Alfonso que se queda a desmontar mi instalación mientras Gabi y yo vamos saliendo para arriba.
Dejo a Alfonso y a Josemi desinstalando.
Saliendo a respirar aire.
Saliendo.
El último paso de soltar el desviador tiene su miga.
Usamos una cuerda de 100 metros y unas 15 chapas. Con 50 + 60 también se puede bajar bien. Ese día no llevamos aparato medidor de oxígeno, pero después he estado en otras con problemas y en esta la que peor. Estuve mejor con 16,5 en el medidor en la NA-2 de la que hablaré próximamente.
La cueva en sí no está mal, pero no tiene la belleza de otras, y con el problema del oxígeno, creo que va a quedar tachada de mi lista. Merece la pena conocer pero no para repetir.
Invernal sin esquís al Moncayo por Cueva de Ágreda.
Aunque desde casa veo el Moncayo blanco, tras la nevada ayer a cotas bajas,
uno se viene arriba, pero la experiencia ya me ha dado cierto conocimiento y
ya sé lo traicionero que es después de una nevada. Sin apenas base, no
merece la pena llevar esquís... y eso comprobaremos un rato después. Allí
coincidiremos por casualidad con
Daniel y compañía
(ellos sí que portearon esquís) y ascendimos andando al Moncayo juntos. Al
menos nos sirvió para pasar una buena mañana y sin viento arriba.
Quedé con Jaime, sin prisa, dudando entre ir a Santa Inés o al Moncayo, al
final optamos por el segundo. Cuando llegamos yo lo tengo claro, mis esquís
no salen del coche, Jaime está más animado, pero nada más salir nos cruzamos
con dos montañeros que ya bajan con los esquís a la chepa y nos dicen que no
hay nieve. Con lo cual, la decisión es clara, iremos a pie.
Lo cierto es que la primera parte está muy bonito, sin base, pero todo
blanco. Salimos de la pista y al entrar al sendero ya vemos que apenas hay
nieve. a la marcheta, vamos haciendo camino y vemos que por delante hay
gente, al poco nos cruzamos con caras conocidas que han renunciado a cumbre
y se vuelven (Irune, Toya, ...), más arriba reconocemos a Daniel y a Yaiza,
a los que alcanzamos y compartiremos la parte final de la ascensión.
Seguimos una huella que han abierto una pareja, es una ruta casi directa a
la cumbre, fuera de senderos habituales, buscando la nieve menos profunda
que se alterna entre piedras.
Bonito está un rato, pero la nieve muy justa, aunque huellas de esquí
se ven unas cuantas...
En la senda la nieve ya es muy escasa.
Restos del avión
Conforme te acercas se ven más piedras y menos nieve...
Oímos voces que rápidamente reconocemos.
Sorteamos nieve y piedras...
Cumbre agradecida, buenas vistas y sin aire.
Bajamos por la normal hacia el collado de Castilla y a la marcheta llegamos
al coche. Alucinamos la de nieve que ha desaparecido en poco más de 3h 30'
que nos ha costado subir y bajar.
En tramos puntuales, mucha nieve acumulada, a cambio a ratos, piedras.
Parece que en una hora se ha ido la mitad de la nieve.
¿Y la nieve?
Después nos apuntamos (más bien gorroneamos) al picnic por su sitio al
solecito con Daniel, Luis y Champi.
Hemos estirado las piernas y hecho gana, que siempre está bien. De
regreso, aún nos acercaremos a ver las simas de esta zona, la sima
grande "Simonda" y la "Similla".
De lejos engaña, pero hay mucha piedra.
La Simonda
Similla y Simonda
Una más al Moncayo, y ya van 47 ascensiones. Ya cumplo con mi cita anual,
pero seguro de que habrá más, no en vano quería hacer otras tres más al menos para celebrar mis 50 años con 50 ascensiones al Moncayo.
Marzo
2018:
Con esquís.
Solitaria por la normal del Norte desde Santuario. Feb 2017:
Con esquís sin ellos. Marzo 2016. Invernal pero sin posibilidad de esquís, por la Senda de los Cazadores y
descenso por la pala norte. Un día frío y duro. Febrero 2015. En esa ocasión con esquís y vemos la cara oculta del Moncayo en su
cumbre. Diciembre 2014. Precioso atardecer desde la cumbre la víspera de Nochebuena. Moncayo Corriendo Otoño 2012. Precioso en el otoño. Temporada 2008-2009. Bono temporada Arramon Moncayo. Aquello si que fue esquiar en el Moncayo.
Pisé la cumbre 9 veces en apenas 2 meses.