La noche anterior entró un fuerte frente con precipitaciones y sobre todo, frío y mucho viento. Da pereza salir de casa, buena helada, algún copo suelto y mucho viento. Dudo si merecerá la pena... pero me acuerdo de la máxima, "hay que salir siempre, incluso cuando hace bueno..." y la jornada salió de cara! 😊
No madrugo, el día no prometía mucho. La carretera tiene nieve en las últimas curvas, hay gente que no puede llegar al parking, pero con las ruedas de nieve sin problema. Por suerte, hoy saldremos foqueando desde el coche.
Justo antes de salir, mientras hablo con otro local que se ha dado la vuelta por el fuerte viento que hace en el cordal, llega un mozo de Riaza, Pepe, y salimos juntos.
El frente, al menos, nos ha dejado una buena capa de nieve de unos 15 cm que permite salir foqueando. La carretera se hace llevadera. Nos cruzamos con otros que ya bajan, también han renunciado por el vendaval que sopla arriba en el cordal y que les ha congelado la cara. Llegados a la laguna, optamos por subir al Zorraquín porque suponemos que estaremos al abrigo del viento, como así fue. Foqueamos por el bosque, sin problema, aunque las piedras ocultas bajo la nieve, dejaron huella en mis focas.
Disfrutamos la subida sin aire, una delicia, casi no dábamos crédito, incluso nos quitamos el goretex de calor. Recién nevado está todo muy guapo. Es un placer volver a abrir huella sobre nieve fresca. Al llegar al cruce de las piedras, nos tuvimos que descalzar unos metros, apenas 20 metros. Enfilamos la subida final, mas inclinada, y donde se alterna la nieve nueva con la vieja, hoy bastante dura, pero gracias al polvo depositado por el viento encima de la nieve vieja, se agarran bien las focas y se sube sin problemas.
Tras las zetas llegamos a la parte superior más abierta, y en seguida, debajo de la cumbre del Zorraquín, nos abrigamos, porque por arriba sigue soplando con fuerza. Llegamos hasta las piedras erguidas y vemos que no tiene sentido continuar, poca visibilidad y viento muy fuerte, bajaremos por donde hemos venido.
En el descenso, disfrutamos de la bajada, y contemplo el estilazo esquiando de Pepe Santoyo. Se dedica a la confección de prendas técnicas de esquí, sobre todo para estaciones, y ha esquiado mucho en pistas.
Hoy bajaremos menos que la semana pasada a pesar de que hay mucha más nieve, pero es traicionera, debajo no hay base y no se ven las piedras, tras un par de rascadas, nos descalzamos y bajamos porteando esquís hasta el parking superior, donde nos volvemos a calzar para bajar hasta el coche por la carretera nevada.
Jornada breve, y con poco desnivel, pero que nos dejó disfrutar mucho más de lo que imaginábamos.
Un mini vídeo hecho con el móvil, en vertical 😏...
Pinchad en ver en YouTube, si lo ves en el móvil, se ve mucho mejor, sin las bandas laterales negras.
Y unas fotos del día
Salimos foqueando desde el coche con la carretera recién nevada.
A ratos hasta sale el sol y sin aire...
Nos sorprende ver este vehículo, de los que sirven comida, ha estado una semana allí arriba.
Un gusto foquear por el bosque con sol y sin viento.
Pasamos junto al pino padre de los pinos. Foto de Pepe Santoyo.
Es un gusto volver a abrir huella en nieve fresca
Vamos hacia las paredes. Foto de Pepe Santoyo.
Ene l caos de piedras hay que descalzarse unos metros
Es poco trozo.
Pasadas las piedras nos volvemos a calzar.
empieza la subida más tiesa.
Cuando ya pensábamos, que se acababa la temporada, abrir huella es una delicia.
A ratos se abre el cielo y se ve el sol
Pero las nubes van a toda velocidad, y se cierra a su antojo.
Entramos al piso superior.
Ya vemos la cima y lo que sopla por arriba.
Sin asomar, paramos a abrigarnos.
Abrigados vamos a la cumbre de las piedras.
Nos sopló poco rato, pero entendemos a los que se dieron la vuelta.
Sólo una noche, pero ha castigado con ganas...
Estilazo de Pepe bajando.
Una gozada pillar nieve polvo a estas alturas de temporada.
Apuramos un poco por el bosque, pero menos que la semana pasada, las piedras no se ven, pero no hay base y rascamos un par de veces.
Junto al Pino de los pinos.
Por aquí bajamos ya andando, no te puedes fiar. Hace dos días era todo verde.
En la carretera volvemos a calzarnos.
Algo justa al final, pero llegamos a la barrera.
En el parking, sin aire y con sol, la nieve ha durado poco.
Poco más de 2 horas de actividad y 500 metros de desnivel, pero que nos han dejado sacar jugo a un día que parecía no se podría hacer nada. Una vez más, se confirma, aquello de que hay que subir siempre...
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