Nos vamos a los confines de La Rioja, en el triángulo que hace con Burgos y Soria. Desde Neila, nos dejamos caer por la carretera que baja hacia Canales de la Sierra y Villavelayo. Después, contorneando el embalse de Mansilla llegamos al punto en el que arranca la excursión. y digo bien, porque la aproximación a la cavidad, nos pareció muy bonita, digna de hacer por sí sola.
Gours finales de Cova Calera
Desconocíamos de la existencia de esta cavidad, pero gracias a la recomendación de David Ortega, buscamos alguna referencia de esta cavidad, y le teníamos ganas. El día no salió nada bueno, chispeando e incluso nevisqueando un poco, pero Julián, Luis y yo, no nos rendimos fácilmente.
Armados con paraguas, salimos por la pista arriba, hacia el barranco de Doncellares. Podríamos haber subido en coche 500m tranquilamente, o casi 1,3km apurando con el coche (mejor 4x4), acortando el recorrido hasta las Tenadas, pero lo dejamos junto al embalse. Tenemos que cruzar el arroyo un par de veces que cruza la pista crecido.
Después comienza un precioso sendero junto al torrente, menuda delicia, es diciembre y en estas fechas el monte no suele vestir sus mejores galas, pero lo encontramos muy bonito, en otoño tiene que ser extraordinario. Quizás de lo mejor del día.
Al final tenemos un tramo algo confuso, seguimos por el barranco, pero acertamos a la primera y remontando por la ladera damos con la cavidad justo cuando empieza a nevar.
Agradecemos el calor al entrar. Nos cambiamos y vamos para adentro. Nada más entrar nos sorprenden unos bonitos hongos blancos crecidos gracias a la humedad interior y la luz exterior. Al poco localizamos un ramificación descendente, equipada con una cuerda, que bajaremos a la vuelta. Y una gran columna, de lo mejor de la cueva.
Seguimos y vemos otra continuidad por donde se cuela el agua que gotea, parece muy estrecho y lo descartamos, continuamos por el ramal principal, amplio y evidente, aunque resbaladizo por el terreno arcilloso. La cueva rezuma agua por muchos sitios, incluso a cantidades importantes en varios sitios. Tras varios subes y bajas, llegamos al punto clave, un techo bajo defendido por varios gours completamente llenos de agua. Por un momento pensamos que hasta aquí hemos llegado, pero en un derroche de motivación, nos venimos arriba y decidimos descalzarnos y quitarnos los pantalones para cruzar en calzoncillos. No será tampoco empresa fácil, ya que también te mojas la camiseta al tocar con la espalda el techo y la tripa al nivel del agua...
Pero el esfuerzo merece la pena, y ahora ya no nos acordamos de lo fría que estaba el agua. Unos preciosos gours colmatados cierran esta cavidad.
Mirando al suelo encontramos coletazos del otoño.
Vadearemos la pista en dos ocasiones-
El arroyo baja muy crecido.
A ratos chispea, pero está tan bonito que no nos importa..
Este arroyo ya justifica la excursión
Habrá que volver en otoño.
Cruzar el arroyo tuvo su "miga".
Llegamos a la cavidad.
La cueva se ve relativamente rápido, son unos 300 metros de desarrollo, pero si afrontamos el húmedo tramo final, nos llevará más tiempo. El final está reservado a valientes salvo en periodos de sequía.
Nos cambiamos con el calor de la entrada.
Junto a la gran columna del principio.
Ramal descendente que dejamos para luego.
La cavidad es amplia y sencilla de recorrer salvo el piso resbaladizo.
El agua es omnipresente en esta ocasión, no creo que siempre haya tanta agua.
La cueva rezuma agua.
Vadeamos un par de mini lagos antes de llegar al tramo final
Llegamos a los gours finales.
¿Qué hacemos? ¿Nos mojamos?
Luis intenta ver si es posible pasar sin mojarse...
Lo intenta a rastras, pero no es factible.
Volviendo ante la evidencia.
Nos toca remojarnos.
Gours finales.
De regreso
Parece que toca arrastrase para seguir y hoy no apetece.
No vimos vestigios humanos, pero no somos expertos en ese tema, tampoco sería extraño, porque es una cueva accesible que ofrece cobijo.
Aunque en las cuevas nunca conviene ir solo, se trata de una cavidad sin grandes dificultades, quizás la mayor es localizar la boca de entrada, y por el interior, darse un resbalón...
¿Algún vestigio humano?
ResponderEliminar¿Y se puede ir solo?
ResponderEliminarNo vimos vestigios humanos, pero no somos expertos en ese tema, tampoco sería extraño, porque es una cueva accesible que ofrece cobijo.
EliminarAunque en las cuevas nunca conviene ir solo, se trata de una cavidad sin grandes dificultades, quizás la mayor es localizar la boca de entrada, y por el interior, darse un resbalón...