Domingo 3 de marzo de 2024
Alud en Urbión por placa de viento.
Escribo esta entrada con el retraso que lleva el blog, pero que aún llevándolo al día, la hubiera escrito con demora ya que pienso que era necesario un tiempo para asentarla y reflexionar sobre ella. No busco ningún efecto llamada ni morbo, sólo documentar mis escapadas con ánimo constructivo por si le pueden servir a alguién, y en este caso, más si cabe.
Después de la jornada de espeleo el día anterior, algunos repetimos, pero
cambiamos radicalmente de actividad, y cambiamos del mundo subterráneo a por
el esquí. El fuerte temporal de ayer trajo mucho viento, pero parece que
también dejó unos cuantos centímetros de nieve y queremos esquiar sin rascar
demasiado. Lo que apuntaba hacia un gran día se tiñó de gris al llevarnos un
gran susto en las palas de bajada de la Laguna Helada, donde al romper una
placa de viento, enterró a Pili provocándole una fractura de tibia y peroné.
Un alud en Urbión, algo que pensábamos que no era posible... |
Con Josemi de nuevo, se nos une Turry de los espeleólogos, y por otro lado
vienen Nacho y Pili. Los accesos están más que delicados, aunque hemos
venido en dos coches, al inicio de la subida a la Laguna dejamos el coche de
Nacho y pasamos al todo terreno de Turry, quien con pericia consigue que
subamos hasta el desvío de la pista de Hornillos, donde aparcamos y nos
calzamos los esquís.
Empezamos a foquear por la carretera y es un auténtico placer. Hay mucha
nieve y esta precioso. Hasta el parking de la Laguna está espectacular.
Subimos animados a la Laguna Negra que luce un blanco estupendo.
Nos costó llegar al cruce de Terreros. |
La carretera está cortada desde aquí. |
Esta tan chulo que no nos importa foquear la carretera. |
No es que se haya hundido del peso de la nieve, son placas solares. |
Ayer subieron en coche hasta el parking. |
Subiendo a la Laguna Negra. |
Nacho ya estuvo ayer por la zona, y nos invita a repetir su recorrido. Yo
propongo ir al Zurraquín por evitar el aire, ya que desde que subes de la
Laguna Negra estaremos expuestos todo el tiempo al aire. Pero Nacho lo tiene
claro y accedemos a ir hacia Urbión por la Laguna Helada.
Subimos la Portilla, algunos con dificultades por la nieve acumulada, pero
otros logramos subir con esquís sin demasiados problemas, sin cuchillas ni
crampones. Una vez arriba, cambia el tercio, lo que hasta ese momento ha
sido disfrutar sin parar, nos recibe un aire gélido que obliga a abrigarnos
bien.
Podemos subir foqueando la Portilla |
Algunos con más dificultades. |
El paso de arriba también tiene su miga. |
Vamos por abajo y luego subimos directos a la Laguna Helada, ya subiendo nos
da mala sensación y termino trazando más a la izquierda de lo habitual, pero
más por prudencia habitual que por miedo a que realmente fuera algo muy
expuesto.
Entramos en el llano y cruzamos la Laguna. Luego al abrigo de unos árboles,
debatimos si merece la pena continuar, ya que el aire castiga fuerte con
cristales pequeños golpeando la cara. Algunos decidimos seguir para arriba
un poco más, hacia el cordal, hasta el pequeño refugio, donde decidimos
definitivamente darnos la vuelta.
Por arriba la meteo está mucho más fea. |
Esperando al resto del grupo detrás de unos pinos. |
Parece que no tiene sentido continuar. |
Pero aún subimos hasta el refugio del cordal del Llanos de la Sierra. |
Bajada rápida entre vientos fuertes. Al fondo se aprecia a Josemi y a Tirry bajando del collado. |
Iniciamos el descenso rápido, la nieve fría permite correr sin problemas el
llano y llegamos a la bajada de la Laguna Helada. Nacho se va por la
izquierda, con Josemi y yo por la derecha, por donde hemos subido. Recuerdo
que el tramo era expuesto y entro bien escorado, pero pasado el punto
crítico me tiro por medio de la pala. Pili me sigue y traza un poco menos
escorada, y Turry que nos ve bajando, entra más directo.
En ese momento, se parte la placa, y un alud empieza a bajar antes nuestros
ojos atónitos. Nacho y yo que ya estamos abajo, tenemos que apartarnos
porque el alud se hace mayor y viene hacia nosotros. Turry consigue
escorarse arriba y se sale a un lado. Pili estaba en medio de la pala y es
la peor parada, ya que no puede hacer nada y va ladera abajo, los bloques se
hacen más grandes y terminan por enterrarla, por unos momentos dejamos de
verla, pero asoma al poco de pararse el alud. Josemi, Nacho y yo que estamos
los más próximos corremos a desenterrarla, y gracias a la mochila podemos
localizarla sin problemas. (la hemos perdido de vista solo unos segundos,
pero qué miedo).
Empezamos a desenterrarla, ya que ha quedado con más de la mitad del cuerpo
bajo la nieve. Soltamos no sin problemas el primer esquí, pero el segundo
nos cuesta mucho. No llevamos pala y con el otro esquí tratamos de excavar
como podemos. En medio de la faena, comprobamos que la pierna de Pili que ha
quedado enterrada le duele mucho si la movemos. Tras un rato, lo logramos y
podemos sentar a Pili, pero ya vemos que no va a poder bajar, la cosa es
seria.
En ese momento no tengo cobertura, pero Turry que lleva Vodafone, consigue
contactar con el 112, y nos dice que vendrán a buscarla en helicóptero desde
Burgos, aunque lo que inicialmente iban a ser 30 minutos, se convirtieron en
algo más de una hora. En medio de la espera llegaron un par de motos de
nieve del grupo de Covaleda, pero no era factible que ellos la evacuaran, ya
que el relieve no era propicio para ir en moto con una pasajero, incluso
ellos tuvieron problemas para llegar hasta nosotros dada la inclinación de
la pala.
Impresiona el tamaño de los bloques de nieve. |
Recorrido de ese día. |
Foto del sitios del alud diez días después. |
Como en Urbión "nunca" hay aludes, en el coche habíamos dejado el arva y las
palas. Por fortuna, llevábamos de todo lo demás, manta térmica, ropa de
abrigo abundante, infiernillo y gas para hacer una sopa y calentar a Pili, y
logramos que la espera no fuera más dolorosa de lo que ya era de por sí la
situación.
Dos pequeños vídeos para situar, en el primero en vertical, desde el inicio
de la excursión.
En el segundo, en horizontal, un mini resumen par situar la zona del alud y
el rescate.
Cuando por fin apareció el helicóptero, inmovilizaron la pierna de Pili con
una férula hinchable y la evacuaron a Covaleda, desde donde la llevaron en
ambulancia al hospital de Soria, donde confirman el desplazamiento de la
tibia y la fractura del peroné. El resto de nosotros bajamos por nuestra
cuenta. Llegando a la Portilla, también tuvimos un pequeño susto cuando
Nacho y yo bajamos hacia el tubo del haya, ya que también se nos
cuartearon unas planchas, pero luego sin problemas hasta el coche y a Soria.
Al entrar al tubo se cuartearon unas planchas... |
En el tubo, salvado el haya, bajamos sin problemas. |
Josemi prefirió quitarse los esquís. |
Había gente escalando en los tubos de la derecha. |
A toro pasado, es fácil darse cuenta de los errores de ir sin equipo de avalanchas, aunque quizás el error mayor fue ir hacia donde más viento había estado azotando. Aunque no todo lo hicimos mal, bajamos separados, íbamos bien preparados y conseguimos sobreponernos a la situación. La montaña nos volvió a recordar que no podemos confiarnos y bajar la guardia en ningún momento. Por suerte, Pili con su gran ánimo desde el primer minuto, ha ido mejorando, no tan rápido como ella hubiera querido, pero con la mejor actitud, una envidia para todos nosotros.
Tras unos fines de semana tan emocionalmente intensos, (lo mal que lo pasé en la cueva hace unos días por la falta de oxígeno, y el susto del domingo, por un momento pensamos que Pili podía haber quedado enterrada con fatales consecuencias) me llevó a reflexionar un poco sobre mis actividades. No creo que haga actividades arriesgadas, huyo de las expresiones como "deportes de riesgo", todo depende de cómo hagas las cosas, yo no hago nada por sentir la adrenalina, solo busco el placer y la belleza que encuentro allá por donde voy. Soy consciente de que cuando salimos de casa nos exponemos y más en medios salvajes, pero no mucho más de lo que nos la jugamos cuando cogemos el coche...
Me considero bastante prudente y creo saber hasta dónde pueden llegar mis límites y son incontables las veces que me he dado la vuelta por considerar que estaba exponiendo más de la cuenta, y sigo siendo de la opinión de que "ante la duda, no hay duda, ¡retirada!"
Después de eso, compramos el medidor de oxígeno para las cuevas y ya no dejamos el arva en el coche ni para ir a mear, al menos que no dependa de nosotros minimizar los riesgos, pero no por eso pienso dejar de hacer lo que me gusta, y unos días más tarde subí a Urbión en una de las jornadas de más placer de la temporada.
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