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domingo, 15 de agosto de 2021

Campaña espeleológica en Picos de Europa (Beceña).

 11-13 de agosto de 2021         

Campaña espeleológica en Picos de Europa (Beceña).

Mi club de espeleología, la SEAD (Sociedad Espeleológica Alto Duero) hace campañas de prospección y exploración todos los veranos de forma continuada. Desde hace ya unos cuantos años, colaboran con otros clubs y miembros de otras partes de España (Andalucía, Euskadi, Cataluña). 


Carlos en un fraccionamiento de un pozo de 60 m.

Para este año y el siguiente, tienen concedido el permiso de exploración en la zona de Beceña. Nos vamos a Asturias, cerca de Arenas de Cabrales, encima del inicio de la Ruta del Cares.

Un mar de nubes avanza por la ruta del Cares. Al fondo Urriellu, Torrecerredo y el Jou de los Cabrones.


Las campañas de exploración espeleológicas son una disciplina con la que nunca había tenido contacto de cerca, y este año, tuve la posibilidad de participar como visitante durante dos días.

Las campañas tienen varias fases. La preparatoria inicial, en la que una vez obtenidos los permisos por parte de la Federación, es necesario ir a reconocer el terreno y buscar un emplazamiento para instalar el campamento base, que tiene que tener agua y a ser posible, otras comodidades. En este caso, hubo suerte, y gracias a la colaboración de un pastor local, nos cedía dos cabañas para usar de cocina y de almacén. Para aprovisionar el campamento se hizo un porteo con helicóptero para llevar el material y sobre todo, la comida. La idea era estar un mes, y aunque el número iba variando, unas 10-12 personas todos los días, que según su disponibilidad, iban subiendo y bajando.

Vista aérea del Campamento.


Una segunda fase consiste en prospectar. Es la parte quizás menos agradecida, (sobre todo menos reconocida) ya que se trata de recorrer el terreno buscando todas las cavidades que se encuentren y mirando sus posibilidades. Es una labor que exige mucha disciplina y dedicación. hay que repasar todo el terreno de forma sistemática sin dejar nada sin explorar, caminando por zonas fuero de senderos, nada cómodas en este caso. Cuando se localiza un agujero o boca de un pozo, se entra si es posible, y si hay una vertical, se tira una piedra a ver qué profundidad puede tener. Si la cosa promete, se toman las coordenadas y se marcan en el mapa, para volver en otro momento a la tercera fase, la de exploración.

Moverse por terrenos fuera de sendero y caóticos no es tarea cómoda.

En la fase de exploración, entramos a jugar a la lotería... Hay que subir el material sin saber con qué nos vamos a encontrar. A veces el agujero más pequeño es la entrada a un sistema importante o sólo unos pocos metros. Y al revés, a veces, un pozo que parece tener gran continuidad, acaba poco más abajo. Es una tarea que dicen los fanáticos en el tema, que engancha. Ser los primeros en entrar a una cavidad y descubrir el avance por terrenos inexplorados es cierto que es motivante, pero ello conlleva esfuerzos que no siempre tienen "premio gordo". Algunos somos más comodones y nos gusta ir a sitios que ya sabemos que son bonitos y merecen la pena, pero claro, si no hubiera quien explorara, no se encontrarían cavidades nuevas. Es como en escalada, si no hubiera equipadores que abrieran itinerarios, no habría nuevas zonas de escalada. Y por último, otra fase nada desdeñable, es el registro de las exploraciones, para luego completar la memoria. Cada día hay que rellenar las fichas de las cavidades exploradas, anotando sus características, si ya está finalizada o si hay que volver. Aquí de nuevo conviene ser muy riguroso y ordenado, ya que tras dos días, yo ya confundía las pocas cavidades en las que entré.


Para instalar y equipar los pozos, en esta fase de exploración, mis compañeros no usan parabolts, sino que usan otro tipo de anclajes que yo desconocía hasta ese momento, los tornillos rosca-piedra o multimonti. Un anclaje que es reutilizable unas cuantas veces y que permite ser extraído sin dejar nada en la pared salvo la huella del agujero. Otra de sus ventajas es que es ligero y que al utilizar una broca de perforación más fina (6mm), permiten "estirar" la batería del taladro.

Colocando un As sobre un anclaje Multimonti

También usan las chapas As con dyneema, por su versatilidad y para que las cuerdas trabajen sin roces. 

Sito entrando al Pozo de los Suizos o BC43 con dos anclajes As en cabecera.


Yo estuve de invitado. Subí para dos días, y al final, me gustó tanto que me quedé uno más.  El resto de la gente sube según su disponibilidad, para una semana, diez días, una quincena, todo el mes...

Subo con Sito, hacemos viaje en coches diferentes porque él estará la semana de exploración y yo quería hacer una pequeña parte del anillo de Picos. Dormimos en la zona de descanso de Poo de Cabrales. Madrugamos y subimos para arriba. Llegamos al pueblo de Inguanzo, y desde allí, cogemos la pista que lleva a la Cueva del Pinche. Que arranca bien tiesa, con tramos cementados y pendientes de más del 15%. El tramo final está restringido, su acceso es sólo para los queseros que suben a curar los quesos de Cabrales dentro de la Cueva del Pinche. Nosotros disponemos de permiso y dejamos el coche junto a la cueva, tras una llegada bien tiesa.

Arrancamos la aproximación. La subida inicial ya nos muestra las credenciales de la zona. Las zetas de inicio suben ante nuestro asombro de forma casi vertical por un terreno que visto desde abajo parecía imposible y desde arriba casi da vértigo. Aquí nada es fácil ni suave. El sendero no está marcado y como no es una zona "famosa" no tiene muchas visitas. Tenemos que recurrir al track varias veces para subir sin extraviarnos o al menos buscando la ruta más cómoda. Tras algo más de dos horas superamos los 800 metros de desnivel y aparecemos por encima del campamento. Bajamos "a las bravas" y cogemos al grupo desayunando. 

Llegada al final de la pista.

 La senda sube sin piedad por un muro vertical. Al fondo se adivina Inguanzo.


La primera parte del camino la niebla será nuestra compañera.

Tuvimos que mirar el track repetidas veces y no sólo por la niebla.



Llegamos por encima al campamento.

Cocina equipada al detalle.

 Pabellón y tiendas

Jamón que no falte...


Vemos las instalaciones, que están muy bien, una cabaña acondicionada para cocina comedor, otra cabaña de despensa, el pabellón de material colectivo y mesa de trabajo 

Después, cada uno tiene su tienda para dormir. Yo que en principio sólo pensaba dormir una noche, y visto que han dado una meteo excelente, subo con idea de vivaquear. Mis compañeros subieron el material de espeleo en el porteo con el helicóptero, pero yo llevo todo encima. Luego no usé las botas de goma ni apenas comida, pero la mochila pesaba más de lo que suelo llevar.


Después de desayunar con calma, nos ponemos en acción, como varios miembros ya han estado en jornadas anteriores prospectando, hoy vamos a "lo bueno", a explorar los pozos que han encontrado y ver qué desarrollo tienen. Subimos con taladros y cuerdas, más parte de material que ya tienen por arriba escondido, para explorar lo que pueda salir. Hacemos tres equipos, por un lado el "equipo del chiste": Un vasco, un catalán y un andaluz (Urtzi, ..  ), por otro lado, las chicas, una máquinas (Pilar Orche y Mirian Parejos), y por otro lado, los que venimos de Soria (Carlos, Sito y servidor). Nos repartimos objetivos y vamos a ver qué sale. Como comentada al inicio, moverse por estos terrenos no es precisamente cómodo. No hay sendas ni hitos que marquen el camino, hay que buscarse la vida, y a veces, avanzar los 100 metros en línea recta que marca el GPS en el mapa, no siempre es posible ni rápido.

Aprovechamos el trabajo de prospección y vamos a los agujeros ya localizados.

Terreno salvaje.
Pasamos por otros pozos en exploración.




Salimos del campamento hacia los agujeros. Vamos a una zona donde están muy próximos entre ellos, lo cual no es garantía de nada, pueden ser todos pequeños o todos sistemas grandes, o bocas de un mismo sistema que se conecten más abajo, habrá que mirar a ver...

Disfrutamos de una meteo excelente con mares de nubes permanentes.

Un continuo sube y baja...



Nosotros empezamos por el BC 23, que prometía, pero luego termino antes de lo que nos hubiera gustado. Tras un primer rapel corto de menos de 10 metros, una rampa de 5m, un agujero con aire le daba la continuidad, pero después de bajar, tras otra rampa, estaba colapsado por piedras.


Sito hace la instalación, metiendo sus primeros Multi monti






Debajo del primer pozo.

Sito buscando el agujero al final de la rampa.


Ya no llegué a bajar, al comprobar los compañeros, que no había continuidad.



De nuevo para arriba.

Nuestra "primera", la enésima para Carlos.

Apuntando que la cueva ha sido explorada y topografiada.


Hay que hacer las fichas cuando se tiene fresca la info, luego es fácil confundir unas con otras.



Carlos apunta la información de la cavidad explorada para que no se olvide o confunda la información.

Vamos a por otra.


Después nos acercamos al pozo donde estaban nuestras compañeras Pilar y Miriam, seguían enfrascadas, así que mientras seguían a lo suyo, nos vamos a una cueva que al parecer ya estuvo explorada por los suizos en los años 80 (no encontramos ningún casquillo de spit, sólo una pequeña marca de pintura), pero no hay topo y no sabemos si se exploró a fondo. Es la BC 43. De entrada tenemos una gran vertical a la vista. Sito se pone a la faena. De entrada ya tenemos un pozo de 60 metros verticales, luego sigue en rampa y alcanza los -90 metros. Pero mis compañeros que llegan abajo no ven  continuidad, así que para arriba de nuevo.


Sito empieza la faena.



Turno de Carlos y servidor. Foto: Pilar



Mientras Carlos llega al primer fraccionamiento, Sito sigue instalando  por abajo.

De vuelta para arriba.

Marcando como pozo explorado.

Sin darnos cuenta, se nos ha pasado el día, (entre la subida desde el coche, lo que costó arrancar del campamento y la aproximación a los pozos, empezamos la exploración bastante tarde) pero el cuerpo nota la fatiga acumulada. Bajamos al campamento disfrutando de las vistas, el buen rollo, una rica cena preparada por Alfredo y una noche de estrellas (aunque no vimos muchas fugaces).

La cara Este del Urriellu se mantiene soleada.



De vuelta al campamento.


Pasando al ordenador las fichas de las topos.

Chef Alfredo nos preparó unas ricas fabes con almejas.



La cabaña cocina.

Júiter y Saturno destacan en el cielo estrellado.

Aquí pillé una fugaz.

Amanecemos sin madrugar.




Preparando el desayuno.


Y dando cuenta del mismo...


Para el día siguiente, subimos a una zona más alejada, entraremos a tres pozos. Nos costó un poco dar con la ubicación de las entradas. Unas vez situados, nos ponemos a la faena. Las chicas se van al pozo dela BC 32 o Torca del Iceberg, taponado con nieve, a ver qué sale, y nosotros nos metemos en la BC 31 o torca del Pulpo (nombres que les pusieron después). 


Subimos hasta el depósito y recogemos material antes de seguir para arriba.

El valle del Cares sigue bajo la niebla, nosotros por arriba.

Nos costó dar con las bocas.

Entrada del BC 31 o Torca del Pulpo.

Las chicas se van a la cercana BC 32 o Torca del Iceberg.

Su torca de entrada.

Tras una entrada vertical algo estrecha, sigue una rampa, un resalte y aparece un gran pozo, la cosa promete y vamos a ello. Carlos va hoy instalando, seguido por Sito y yo de reportero gráfico. Según vamos bajando, vemos que vamos a hacer corto de cuerda y sito sube a por más metros al exterior, tiene que cambiarse y bajar andando hasta un depósito de material que tienen escondido a mitad de camino del campamento. Mientras nosotros seguimos hasta agotar material. como Carlos se queda frío, optamos por salir a la superficie y esperar fuera. De momento, hemos bajado más de 60 metros y se ve, que continúa.

Carlos se  encarga de la instalación.

Pasaje estrecho de entrada.


Desde la base del pozo.




El paso desde abajo



Tras una rampa y otro corto descenso, ya veo a Sito en el siguiente pozo.

Me entretengo contemplando los diversos materiales que veo por el suelo. Muy chulos.

También hay huesos de animales

No hay formaciones con espeleotemas, pero es una cavidad bonita.

Carlos buscando la correcta triangulación de la cabecera.

Y a bajar y bajar....


Bajó hasta que se quedó sin cuerda...


Con el zoom...


No le quedó otra que subir a por más cuerda...



Nos subimos para arriba.



Saliendo.


Una vez fuera, llega Sito con cuerdas. Hacemos una pausa a comer y yo tengo que decidirme, si quiero hacer algo del anillo de Picos me tendría que bajar ya, pero estando ahora mismo en plena faena, me motiva continuar, y opto por quedarme y entrar al pozo de las chicas, que eso de las cuevas con nieve o hielo me mola mucho. De momento han explorado un ramal y termina bloqueado por la nieve, falta el otro lateral. Me iré con ellas a ver qué sale. Pues aunque de nuevo prometía, tras mirar agujeros laterales y por los laterales de la rimaya, tampoco es posible continuar, todo tapado por la nieve... pero nos entretuvimos y pasamos un buen rato. Para fuera. 

Me pica la curiosidad, y me voy con las chicas  a la Torca del Iceberg.




Es mi turno.


La Torca de entrada es muy bonita.




Pilar, que también es aficionada a la fotografía, tiene la paciencia de posar...😉


Por la mañana exploraron el ramal derecho, al fondo. Ahora a por el izquierdo.




Vamos por la nieve hasta el final del meandro.


Parece que está colapsado por la nieve.

Parece que hay una ventana que podría dar continuidad...


Un seguro y para arriba a ver...



A pesar de la escalada, no hay premio y el pozo se cierra también.

Pilar prueba por debajo en una gatera que tampoco tendrá recorrido.



Vamos para afuera.

La entrada/salida es muy guapa.



el mar de nubes sigue por el Cares...


De nuevo me voy con Carlos y Sito. Me cuentan que su cueva ha continuado hasta un pozo de -90, y luego, colapso de piedras que impiden continuar. Al menos es una cueva chula.


Vamos a por otra, en esta ocasión nos movemos a por la BC 33, que resulta ser un agujero de poco más de dos metros lleno de huesos en su final. 


Nos asomamos a ver la BC 33, pero con el zoom y la linterna potente, vemos que no merece la pena...

Fondo de la BC 33.  Huesos sin más...



Después a por la BC 34, cuya entrada es estrecha, pero tiene una importante corriente de aire. Tras equipar y superar la estrecha entrada, Sito continua pero la cueva no da más desarrollo, así que de nuevo la realidad nos manda un "Sigue jugando".

Equipando la entrada de la BC 34.


Taladro y a roscar...

El pozo es vertical y muy estrecho... Yo me quedaré mirando a ver si merece la pena...


Mientras mis compañeros bajan yo disfruto del entorno.

Cabras por la Canal del Saigu que baja hasta el Cares de forma directísima.




Hacia el Jou de los Cabrones-

Sito dice que no merece la pena entrar...


Salimos para fuera y recogemos. De camino al campamento, mi vena montañera,  hace que la "cabra tire para el monte", y me subo al Cabezo Lleroso, un pico modesto, de apenas 1800 metros, pero con unas vistas muy interesantes, que con el mar de nubes, pues me hace disfrutar y pasar un buen rato a cambio de un pequeño esfuerzo mientras mis compañeros van bajando.


Hacia Caín, al final del Cares.

Hacia el Cantábrico.

El Urriellu asoma, y las nubes a los pies de los llanos de Amieva.

Con poco somos felices.

De regreso bonitas luces.

Alcanzo a mis compañeros en el "ciber".

Precioso atardecer.

Tras un gran día, nos espera un espléndido risotto con trufa que el amigo Alfredo se ha currado. Risas y estrellas para pasar la noche. 


De nuevo estuvimos haciendo fotos durante la noche.



Vídeo resumen de nuestro primer día de estancia en el campamento de Beceña.

A la mañana siguiente yo recojo y me bajo para el coche. De nuevo compruebo que el sendero se las trae, y me tocó sacar el track y eso que la niebla no se cebó conmigo. 

Tras dos horas y media, llego al coche, donde redesayuno, valorando las opciones para continuar la jornada, que acabaré por Bulnes... eso para la siguiente entrada, que esta ya ha sido un buen "ladrillo"...




Destaca un curioso dintel en el núcleo de Ostandi.

Sendas verticales...

Inguanzo.



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