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sábado, 22 de mayo de 2021

Cueva de San Cristobal - Arganza (Soria)

Miércoles 19 de mayo de 2021


Cueva de San Cristóbal - Arganza.

Día libre que aprovecho de forma intensiva... Primero estuve buscando, sin éxito, perrechicos. Luego visité esta cavidad y por la tarde me acerqué a Hontoria, a recorrer su sendero espeleológico.

Llego a San Leonardo de Yagüe, y de allí, dirección al Puente de los Siete Ojos, sentido hacia Santa María de las Hoyas. En seguida, llegamos a la pequeña aldea de Arganza. Hay que ir atentos, para coger un pequeño desvío a mano izquierda. Seguir la pista hacia la base del evidente Cerro de San Cristóbal. La senda sube sin piedad teniendo como referencia un tendido eléctrico que no ofrece pérdida. 

Track acceso. Aparco y con el calor que hace, y viendo el repecho, decido no cambiarme en el coche, lo haré a la entrada de la cueva. La subida es directa, pero corta y no ofrece problemas. Apenas 500 metros de distancia, que nos llevarán 15 minutos. Seguir el tendido eléctrico, luego senda evidente a la sombra entre el pinar,  hasta alcanzar unos restos de un antiguo vallado. Pasada la "puerta", unos 40 metros más arriba, aparece un sendero poco marcado al principio, casi paralelo a la senda que sube recto, pero a su izquierda, en dos zetas nos deja en la boca de la Cueva.



Se trata de una pequeña cavidad, pero que me pareció interesante y con bastantes formaciones. Su desarrollo son poco más de 300 metros, y desciende 13 metros. Sigo las indicaciones que encuentro en el blog de Los Pelendones de San Leonardo. Me parece muy bien descrita la cueva y su adaptación de la topo (Lo añado al final).


El tendido eléctrico nos guía el camino.

Repecho duro para comenzar.




Llegando a la valla.




Unos mojones indican el camino, a la izquierda, casi paralelo a la senda que sigue recta.



La entrada es casi el paso más delicado. Una rampa pronunciada, que tiene dos pequeños resaltes de un metro cada uno casi verticales. Bajaremos tumbados, ayudados de la pared que tendremos frente a nuestra cara. Hay una cuerda de tender a modo de pasamanos que casi es mejor no tocar por lo dañada que está. nos mancharemos el culo y la espalda inevitablemente. si vamos con gente inexperta, puede ser conveniente poner una cuerda para la bajada (15 metros) Pasados los primeros metros más verticales, la rampa pierde inclinación pero todavía no gana altura. Bajamos rectos, aunque hay otra bajada paralela a la derecha. 
Pasado un pequeño ventano, entramos a la primera sala, que yo denominé "La Sala de las Raices" donde nos ponemos de pie y observamos la gran cantidad de raíces que están visibles. En esta ocasión con gotas de agua.


La entrada es una rampa inclinada.


La cuerda esta bastante tocada.


Hay un par de resaltes verticales.

Después la rampa pierde inclinación.

Al terminar la bajada, aún nos queda un poco más agachados.

Por este ventanuco entramos a la sala de las Raíces y nos ponemos de pie.



De la sala de las raíces ya se ve la entrada del tubo de presión a la izquierda, y el piso inferior a la derecha.

A la izqda. la entrada al tubo de presión, y recto, por arriba, sigo al pasillo de techo bajo.

De la Sala de las Raíces, observo un agujero a la entrada, y otro casi a la altura del "Tubo de Presión", y es que debajo de este suelo, se encuentra otro espacio a otro nivel inferior. Lo dejo para otra ocasión, Paso de largo el tubo de presión, y por una zona de techo bajo, con bastantes formaciones, llego hasta la sala del Patato, la parte más amplia de la cueva. De aquí, retrocedo por el Tubo de Presión a por el trípode que dejé al principio en la sala de las Raíces. Vuelvo a la sala del Patato, y la voy recorriendo. 

Por el pasillo de techo bajo también se llega al Patato.







La cueva es cómoda de recorrer. Me cuesta percibir el giro que hace la cueva. Voy a los extremos, pero no bajo a la sima que hay en la sala del Colón. De regreso, bajo a un pequeño ramal donde me encuentro un pequeño murciélago. No encuentro el tubo para volver a salir y retrocedo sobre mis pasos. 


Vuelvo a por el trípode por el tubo de Presión.

Desde el otro ángulo.


Cuesta apreciar las dimensiones de la sala del Patato.

Ilumino con un foco la parte alta.

La mochila nos ayuda a ver la escala.

Sigo hacia el fondo.









De vuelta entro a visitar el ramal (7)



Curiosas cristalizaciones.




De nuevo en la Sala del Potato, exploro el lado superior, que antes no recorrí, y voy hasta que se reducen sus dimensiones. Sé que siguiendo puedo salir por aquí, pero no tengo ganas de arrastrarme y saldré por el tubo de presión.







Quizás en otra ocasión, y acompañado, me anime a recorrer las zonas estrechas que he dejado hoy. Mi tripa ruge y estoy ya pensando en la actividad de esta tarde.

Cavidad interesante, para repetir.



Descripción de la Cavidad por LOS PELENDONES

Después de ascender la dura senda hasta la entrada de la cueva, y tomar un poco de aire, preparamos las linternas, nos pusimos la ropa apropiada y nos adentramos descendiendo por la rampa de entrada. Se trata de una rampa de altura muy baja en la que hay que arrastrarse y descender una distancia de aproximadamente 20 metros hasta desembocar en la primera galería (1), en la que nos pusimos de pie y comenzamos la exploración. Esta galería no es muy grande y lo más peculiar son las raíces que cuelgan del techo y una sima no muy profunda en la que se puede descender sin cuerda a un piso inferior.

Antes de adentrarnos por el “tubo de presión” hasta la “Sala del Patato” accedimos a otra galería casi paralela (2), de acceso un poco incomodo y que se comunica también con la “Sala del Patato”. Esta galería es estrecha y de baja altura, pero lo más espectacular es que desde ahí podemos divisar una grieta profunda, por la que más tarde pasaremos y ascenderemos casi escalando para salir de la cueva.

 Retrocedimos a la primera galería y nos adentramos en el “tubo de presión” (3). Esta es una de las partes que más impresiona al visitante la primera vez que entra. Este túnel no tiene más de dos metros de altura y 90 cm de ancho por unos 6-8 metros de largo, pero lo espectacular son sus paredes lisas y el techo abovedado que da la sensación de estar excavado por la mano del hombre.

Del tubo de presión pasamos a la “Sala del Patato” (4), una galería muy grande y alta en la que se encuentran bastantes formaciones y algunos derrubios. Caminando por su parte izquierda recorrimos toda la sala por su parte inferior dejando el resto, más elevado, para explorar a la vuelta. Dimos un giro casi en ángulo recto en la “Sala Grande” (5) fijándonos en sus espectaculares formaciones en el techo y paredes para acceder a la parte más profunda de la cueva.

Para recorrer esta última parte de la cueva (6) descendimos con mucho cuidado de nuevo por una galería con un suelo muy irregular. Una vez que vamos descendiendo, vemos que la galería se expande a ambos lados. En la parte central destaca una gran columna, en la parte izquierda después de subir a un pequeño balcón podemos ver una sima de unos 3-4 metros de profundidad sin salida, y la parte derecha de la galería da paso a otra más pequeña en la que hay que entrar agachado por su baja altura y en la que alguien parece que dejó olvidado un pequeño belén en navidad. Unas marcas a unos 40 cm de altura indican que esta parte ha estado inundada con agua durante mucho tiempo.

Retrocedimos de nuevo ascendiendo hasta la sala grande, pero esta vez caminamos con cuidado por la parte alta de la sala, ya que hay mucho barro y una pendiente muy pronunciada. Desde aquí descendimos en dos grupos separados con cuidado a una sala pequeña (7) pero muy alta, en la que vuelve a comunicarse con la sala grande, no sin antes arrastrarse otra vez ascendiendo primero por una rampa muy inclinada y posteriormente por un pequeño túnel con el suelo muy rocoso causado por los derrumbamientos del techo.

De nuevo en la sala grande comenzamos descendiendo por una zona un poco más incómoda de transitar (8), ya que de nuevo hay que arrastrase debido a que el techo es muy bajo en algunas zonas y esquivar grandes rocas y otros obstáculos que nos pone la cueva. El suelo en esta parte estaba muy embarrado y con muchos charcos debido al mes de lluvias intensas que pasamos. Una vez superada esta última parte, caminamos por una estrecha galería inclinada (9) en la que el techo va descendiendo progresivamente hasta el punto de tener que agacharse y que parece no tener salida, pero un camino casi oculto nos deja girar a la derecha por un hueco que comunica con una estrecha grieta (10). Esta grieta es la que divisamos al principio desde la sala (2) y por la que ascendimos casi escalando hasta otra galería de la cueva (11), que discurre paralela a la primera sala, y da acceso a la rampa por la que hemos descendido al interior de la cueva al principio.


Ya desde aquí algunos iniciaron el ascenso por la rampa para salir de la cueva y algunos descendimos por la sima situada junto al tubo de presión. Esta sima da acceso a tres galerías muy pequeñas y comunicadas entre sí, y que no tienen salida.

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