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martes, 5 de marzo de 2024

Alud en Urbión por placa de viento.

Domingo 3 de marzo de 2024

Alud en Urbión por placa de viento.


Escribo esta entrada con el retraso que lleva el blog, pero que aún llevándolo al día, la hubiera escrito con demora ya que pienso que era necesario un tiempo para asentarla y reflexionar sobre ella. No busco ningún efecto llamada ni morbo, sólo documentar mis escapadas con ánimo constructivo por si le pueden servir a alguién, y en este caso, más si cabe.

Después de la jornada de espeleo el día anterior, algunos repetimos, pero cambiamos radicalmente de actividad, y cambiamos del mundo subterráneo a por el esquí. El fuerte temporal de ayer trajo mucho viento, pero parece que también dejó unos cuantos centímetros de nieve y queremos esquiar sin rascar demasiado. Lo que apuntaba hacia un gran día se tiñó de gris al llevarnos un gran susto en las palas de bajada de la Laguna Helada, donde al romper una placa de viento, enterró a Pili provocándole una fractura de tibia y peroné.

Un alud en Urbión, algo que pensábamos que no era posible...


Con Josemi de nuevo, se nos une Turry de los espeleólogos, y por otro lado vienen Nacho y Pili. Los accesos están más que delicados, aunque hemos venido en dos coches, al inicio de la subida a la Laguna dejamos el coche de Nacho y pasamos al todo terreno de Turry, quien con pericia consigue que subamos hasta el desvío de la pista de Hornillos, donde aparcamos y nos calzamos los esquís.

Empezamos a foquear por la carretera y es un auténtico placer. Hay mucha nieve y esta precioso. Hasta el parking de la Laguna está espectacular. Subimos animados a la Laguna Negra que luce un blanco estupendo. 

Nos costó llegar al cruce de Terreros.

La carretera está cortada desde aquí.

Esta tan chulo que no nos importa foquear la carretera.






No es que se haya hundido del peso de la nieve, son placas solares.

Ayer subieron en coche hasta el parking.


Subiendo a la Laguna Negra.







Nacho ya estuvo ayer por la zona, y nos invita a repetir su recorrido. Yo propongo ir al Zurraquín por evitar el aire, ya que desde que subes de la Laguna Negra estaremos expuestos todo el tiempo al aire. Pero Nacho lo tiene claro y accedemos a ir hacia Urbión por la Laguna Helada.

Subimos la Portilla, algunos con dificultades por la nieve acumulada, pero otros logramos subir con esquís sin demasiados problemas, sin cuchillas ni crampones. Una vez arriba, cambia el tercio, lo que hasta ese momento ha sido disfrutar sin parar, nos recibe un aire gélido que obliga a abrigarnos bien. 







Podemos subir foqueando la Portilla

Algunos con más dificultades.



El paso de arriba también tiene su miga.



Vamos por abajo y luego subimos directos a la Laguna Helada, ya subiendo nos da mala sensación y termino trazando más a la izquierda de lo habitual, pero más por prudencia habitual que por miedo a que realmente fuera algo muy expuesto.

Entramos en el llano y cruzamos la Laguna. Luego al abrigo de unos árboles, debatimos si merece la pena continuar, ya que el aire castiga fuerte con cristales pequeños golpeando la cara. Algunos decidimos seguir para arriba un poco más, hacia el cordal, hasta el pequeño refugio, donde decidimos definitivamente darnos la vuelta. 

Por arriba la meteo está mucho más fea.


Esperando al resto del grupo detrás de unos pinos.


Parece que no tiene sentido continuar.

Pero aún subimos hasta el refugio del cordal del Llanos de la Sierra.

Bajada rápida entre vientos fuertes.
Al fondo se aprecia a Josemi y a Tirry bajando del collado.



Iniciamos el descenso rápido, la nieve fría permite correr sin problemas el llano y llegamos a la bajada de la Laguna Helada. Nacho se va por la izquierda, con Josemi y yo por la derecha, por donde hemos subido. Recuerdo que el tramo era expuesto y entro bien escorado, pero pasado el punto crítico me tiro por medio de la pala. Pili me sigue y traza un poco menos escorada, y Turry que nos ve bajando, entra más directo. 

En ese momento, se parte la placa, y un alud empieza a bajar antes nuestros ojos atónitos. Nacho y yo que ya estamos abajo, tenemos que apartarnos porque el alud se hace mayor y viene hacia nosotros. Turry consigue escorarse arriba y se sale a un lado. Pili estaba en medio de la pala y es la peor parada, ya que no puede hacer nada y va ladera abajo, los bloques se hacen más grandes y terminan por enterrarla, por unos momentos dejamos de verla, pero asoma al poco de pararse el alud. Josemi, Nacho y yo que estamos los más próximos corremos a desenterrarla, y gracias a la mochila podemos localizarla sin problemas. (la hemos perdido de vista solo unos segundos, pero qué miedo).

Turry por arriba. Y Nacho y Josemi llegan hasta Pili, que apenas asoma un poco la mochila. (entre las piernas de Nacho se ve su capucha fucsia).
Yo que había bajado un poco más subo rápido hacia ellos.


Una vez desenterrada la cabeza, hago la siguiente foto. No será fácil sacarla por completo.


Empezamos a desenterrarla, ya que ha quedado con más de la mitad del cuerpo bajo la nieve. Soltamos no sin problemas el primer esquí, pero el segundo nos cuesta mucho. No llevamos pala y con el otro esquí tratamos de excavar como podemos. En medio de la faena, comprobamos que la pierna de Pili que ha quedado enterrada le duele mucho si la movemos. Tras un rato, lo logramos y podemos sentar a Pili, pero ya vemos que no va a poder bajar, la cosa es seria. 

En ese momento no tengo cobertura, pero Turry que lleva Vodafone, consigue contactar con el 112, y nos dice que vendrán a buscarla en helicóptero desde Burgos, aunque lo que inicialmente iban a ser 30 minutos, se convirtieron en algo más de una hora. En medio de la espera llegaron un par de motos de nieve del grupo de Covaleda, pero no era factible que ellos la evacuaran, ya que el relieve no era propicio para ir en moto con una pasajero, incluso ellos tuvieron problemas para llegar hasta nosotros dada la inclinación de la pala.



Impresiona el tamaño de los bloques de nieve.

Recorrido de ese día.

Foto del sitios del alud diez días después.




Como en Urbión "nunca" hay aludes, en el coche habíamos dejado el arva y las palas. Por fortuna, llevábamos de todo lo demás, manta térmica, ropa de abrigo abundante, infiernillo y gas para hacer una sopa y calentar a Pili, y logramos que la espera no fuera más dolorosa de lo que ya era de por sí la situación.


En la huella se ve que al subir evitamos el tramo delicado, pero al bajar nos confiamos en exceso y entramos a la pala. Las dos huellas pegadas al alud son posteriores, a la izquierda la de Turry que bajo pegado a la colada y la mía que subí a buscar cobertura.


Dos pequeños vídeos para situar, en el primero en vertical, desde el inicio de la excursión.



En el segundo, en horizontal, un mini resumen par situar la zona del alud y el rescate.

Cuando por fin apareció el helicóptero, inmovilizaron la pierna de Pili con una férula hinchable y la evacuaron a Covaleda, desde donde la llevaron en ambulancia al hospital de Soria, donde confirman el desplazamiento de la tibia y la fractura del peroné. El resto de nosotros bajamos por nuestra cuenta. Llegando a la Portilla, también tuvimos un pequeño susto cuando Nacho y yo bajamos hacia el tubo del  haya, ya que también se nos cuartearon unas planchas, pero luego sin problemas hasta el coche y a Soria.


Al entrar al tubo se cuartearon unas planchas...

En el tubo, salvado el haya, bajamos sin problemas.








Josemi prefirió quitarse los esquís.


Había gente escalando en los tubos de la derecha.



A toro pasado, es fácil darse cuenta de los errores de ir sin equipo de avalanchas, aunque quizás el error mayor fue ir hacia donde más viento había estado azotando. Aunque no todo lo hicimos mal, bajamos separados, íbamos bien preparados y conseguimos sobreponernos a la situación. La montaña nos volvió a recordar que no podemos confiarnos y bajar la guardia en ningún momento. Por suerte, Pili con su gran ánimo desde el primer minuto, ha ido mejorando, no tan rápido como ella hubiera querido, pero con la mejor actitud, una envidia para todos nosotros.

Tras unos fines de semana tan emocionalmente intensos, (lo mal que lo pasé en la cueva hace unos días por la falta de oxígeno, y el susto del domingo, por un momento pensamos que Pili podía haber quedado enterrada con fatales consecuencias) me llevó a reflexionar un poco sobre mis actividades. No creo que haga actividades arriesgadas, huyo de las expresiones como "deportes de riesgo", todo depende de cómo hagas las cosas, yo no hago nada por sentir la adrenalina, solo busco el placer y la belleza que encuentro allá por donde voy. Soy consciente de que cuando salimos de casa nos exponemos y más en medios salvajes, pero no mucho más de lo que nos la jugamos cuando cogemos el coche...

Me considero bastante prudente y creo saber hasta dónde pueden llegar mis límites y son incontables las veces que me he dado la vuelta por considerar que estaba exponiendo más de la cuenta, y sigo siendo de la opinión de que "ante la duda, no hay duda, ¡retirada!"

Después de eso, compramos el medidor de oxígeno para las cuevas y ya no dejamos el arva en el coche ni para ir a mear, al menos que no dependa de nosotros minimizar los riesgos, pero no por eso pienso dejar de hacer lo que me gusta, y unos días más tarde subí a Urbión en una de las jornadas de más placer de la temporada.






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