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domingo, 4 de septiembre de 2022

Cueva Luzán

Sábado 3 de septiembre de 2022

Cueva Luzán: Refugio de murciélagos.


En su momento, escribí dos entradas retrasadas, que se quedaron en el tintero. En ambos casos habrá que atinar con las fechas de entrada, una por respetar la nidificación e invernación de los murciélagos (Cueva Luzán), y la otra (Ojo de Valjunquera), por el agua que puede sifonar incluso su entrada. 

Son cuevas en el entorno del Moncayo, un terreno no proclive a grandes cavidades, pero que guarda curiosos rincones; una es una morada de murciélagos, y la otra nos transportará como si estuviéramos en una cueva pirenaica.

Cuando Miguel Bartolomé me llama para ir a la Cueva Luzán, no tengo ni idea de esta cavidad. Busco por internet y tan solo encuentro dos referencias (las cito al final de la entrada) en sendos estudios de impacto ambiental. Pero más allá de eso, nada de nada. Pero, resulta que aparece en la, más que recomendable, guía de "Cuevas y Simas por la la provincia de Zaragoza" de Mario Gisbert y Marcos Pastor. Echo un un vistazo a la descripción, y a priori, no parece muy tentadora. Se trata de una cueva no muy grande, de apenas 250 metros de desarrollo, con arrastradas, y un pozo equipado sobre anclajes naturales... sin formaciones y en la que además hay una importante colonia de murciélagos, que supera el millar y medio. No me extraña que no la tuviera en la lista de "pendientes de visitar". Pero Miguel quiere ir a recoger unas muestras para analizar los sedimentos de la entrada mediante paleomagnetismo. Así que vamos a echarle una mano, que si no, además, es casi seguro que no iré nunca a esta cueva.  Nos acercamos una tarde a última hora.

Sala Rhinolophus de la Cueva Luzan
Sala Rhinolophus de la Cueva Luzán



Al final vamos Luis y yo desde Soria, y acude Miguel con Alberto, uno de los descubridores de esta cavidad, pionero de la espeleología en esta zona en los años 80. Él entró cuando tenía 12 años. 

Quedamos en Tarazona, y desde allí subimos hacia Santa Cruz del Moncayo, seguimos hacia San Martín, y al poco de pasar el desvío a los Fayos, en una subida, dejamos el coche en un camino que pasa desapercibido junto a una chopera. Nos vestimos y vamos para allá.

El acceso es relativamente corto, unos 20 minutos, pero porque Miguel y Alberto han entrado en varias ocasiones y conocen el "camino". No es ni cómodo ni evidente, pero se trata de descender al cauce del arroyo seco que concluye con en el Luzán, y una vez en éste, remontar el cauce hacia arriba, para dar con la entrada de la cavidad en un lateral, de la margen derecha. No hay trazas de sendero, es campo a través, evitando los pinchos. Una cosa curiosa de esta cavidad es que está por debajo del cauce del torrente. Todo por debajo, y aún así no vimos restos de agua, el nivel freático, tiene que estar muy abajo.

Miguel instala el pozo de entrada en el árbol, no ve que hay un spit a la derecha. como ya han bajado, no me estoy a cambiar la instalación. Con una cuerda de 12-15 metros lo haremos bien. El resalte vertical son apenas 3 metros, pero la rampa previa y el pozo de debajo, chupan algo más de cuerda. Descendido el resalte, nos metemos por un agujero y salimos a una pequeña estancia, donde a la izquierda, se inicia un tubo gatera por el que nos tocan recorrer unos 20 metros. Al principio es quizás lo más estrecho, luego tiene como una galería desfondada por abajo, lo que hace más cómodo el tránsito.

Salimos por una ventana a un pequeño resalte de dos metros, con escalones sobre arena, que si no se rompen permiten bajar sin dificultad. En el amplio rellano hay una bifurcación. A la derecha hacia la Sala de la Cuesta, y a la izquierda, hacia la Sala de los Murciélagos. Me asomo a la Cuesta, y no le veo mucho interés, como estos ya han bajado hacia el pozo, ni siquiera miro la otra galería ascendente.

Recorro una cómoda galería que conduce al pozo vertical. Allí, veo que Alberto ha cruzado por el lateral, travesía muy expuesta, y se mete por un agujero en frente nuestro. Se asoma y como ve continuidad, se mete, va bajando y de repente aparece a mitad del tubo pero por otro sitio. Por dentro de su gatera, no es fácil orientarse, y ve nuestra luz que apunta al final de la bajada, hacia la sala de los Murciélagos. Aparece de nuevo en el tubo un poco más abajo, y ya, destrepando desciende al fondo.

Mientras tanto, nosotros miramos de montar sobre las rocas laterales. Como Miguel ha traído el taladro para sacar muestras, decidimos colocar unos parabolt de 8mm para descender con cuidado (prever 3 chapas). Equipo el pozo y descendemos. Mejor poner una cuerda larga (15m), que nos ayude luego para ascender el resalte que da acceso a la Sala de los Murciélagos, se baja bien, pero subir se hace mejor con la ayuda de la cuerda.

Asomas a la Sala de los Murciélagos o Rhinolophus, amplia y de techo alto. Sorprende ver la cantidad de murciélagos en su dormidero arriba a la izquierda. Tratamos de no alterarlos, pero aún así unos cuantos se ponen a revolotear. Sorprende ver las montañas de guano que hay en el suelo, aunque son más altas en sitios diferentes a los de la vertical de donde están durmiendo más en esta ocasión. Más adentro, en la siguiente sala amplia, en el techo, hay otro dormidero, allí también se ponen a volar unos cuantos, ya son muchos revoloteando, así que tras dos fotos, nos vamos para afuera. 

Recogemos y en 10 minutos estamos fuera. La cueva se visita rápido. No es gran cosa pero tampoco es fea. Aunque por no molestar a los murciélagos, casi mejor visitar otras cavidades. 

Además conviene tener en cuenta dos aspectos importantes, el período de visita es escaso: septiembre y octubre, y por otro lado, debido a la gran cantidad de murciélagos, señalan que la fauna de microartrópodos e insectos coprófagos que habitan bajo el guano de los murciélagos suponen un notable riesgo de transmisión infecciosa (por eso llevamos mascarilla, no por el repunte de casos veraniegos de COVID).


He dibujado en la topo la variante que descubrió Alberto para bajar el pozo de 8 metros.






Bajando a "las bravas" por la ladera.


Boca de entrada.


Bajando el pozo de entrada.


Nada más bajar el rapel de entrada, se sigue por el agujero.


Diferentes cristalizaciones.

Por ahí tenemos que seguir.


Salvo un punto más estrecho, el resto es llevadero.

La zona desfondada es hasta más cómoda de recorrer.

Terminando el tubo.


El resalte a la salida del tubo. 

Final del tubo visto desde abajo.

Conducto que lleva al pozo.

Pozo de 8m. visto desde arriba al que Alberto desciende por los nuevos conductos.

Instalamos unos parabolt para bajar.



Sala Rhinopolhus con las montañas de guano.




El Puente




Murciélago muerto en descomposición.



Volviendo

Resalte "trampa" de subir, previo al pozo



Remontando el pozo de 8m.

Desinstalando el pozo.


Trepando el resalte previo al tubo.

al tubo...





Una vez conocida, pues eso, no es una cueva a recomendar, y no porque no tenga su interés, que lo tiene. Pero no es una cueva cómoda para crear afición. La aproximación es poco intuitiva. Te pones de polvo hasta las orejas. La arrastrada no es ni muy larga ni muy estrecha, pero puede resultar agobiante. Y en la sala final, no tenemos que tener aprensión a los murciélagos, porque si se ponen a revolotear son unos cuantos. Casi mejor ver el vídeo y planificar otra cavidad.




Referencias Cueva Luzán:


- Declaración de impacto ambiental del proyecto Presa de Mularroya 2015 , en la que como medida compensatoria, se propone vallar la zona de acceso de esta cueva, a pesar de su lejanía.

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