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domingo, 24 de marzo de 2019

Cueva helada de Soaso

Sábado 23 de marzo de 2019

Cueva helada de Soaso. 


Como sigue sin nevar, andaba pensando en hacer algo de espeleo, que hacía mucho que no entraba a ninguna cavidad y ya empezaba a tener mono... se me ocurre preguntar a Miguel y me dice que precisamente ese sábado tienen que subir a muestrear a la cueva helada de Soaso, acepto encantado la invitación a sabiendas que ellos van a trabajar y les llevará su rato...


Las cuevas de hielo fósil son siempre algo espectacular.


No conocía la cueva mas que de oídas, casi siempre que oía que alguien iba por el valle del Soaso de Linás, pensaba que iban a la entrada superior y poco frecuentada S1, del Sistema de Arañonera, allí sólo han ido los antiguos exploradores y algunos, pocos, de los más "pros" actuales. Recomiendo la lectura (con tiempo) de la integral completa realizada en 2012 por el bombero Carlos Flores, dentro de su proyecto 17 cumbres, 17 simas, chapeau👏👏👏


No hace más de 4-5 años que me enteré de esta otra pequeña cavidad, que nada tiene que ver con las anteriormente mencionadas. Creo que la descubrieron y exploraron los catalanes del Espeleo Club de Gracia, buscando posibles conexiones con el sistema de Arañonera.

No hay mucha información acerca de esta cueva, apenas dos reseñas por internet del Espeloeo Club Zaragoza de 2011 y otra salida del Club Pirineos, reseñado por Rafa, de Azuara más  reciente de 2017. No he visto ninguna topo. La tenía en el punto de mira, pero no reunía compañeros que se animaran a una cueva desconocida y de la que no tenía información, sólo sabía que hacía falta material, que no era de andar... con esas credenciales, comprensible que nadie se aventurara a acompañarme... y mira que casualidad, que voy a poder acompañar a Miguel y María. 


Miguel y María son dos geólogos apasionados, llevan estudiando los últimos cinco años de forma más que intensiva todas las cuevas de hielo de todo el Pirineo. Recomiendo leer el artículo de Carlos Sancho sobre el estudio de las cuevas de hielo fósil en el pirineo.


Miguel ya terminó su tesis doctoral, empezó estudiando la espeleogenésis en la Cueva de Seso, y allí empezó a trabajar en la reconstrucción paleoambiental a partir de los datos obtenidos, entonces becado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), y ahora con una beca del CSIC sigue trabajando y estudiando la evolución de estas masas de hielo testigos de la historia y que están en su agonía vital después de tanto tiempo...


María, es una experta paleobotánica, que analiza las muestras de semillas, polen y demás restos vegetales para datar la edad de los hielos. Si Miguel es motivación y energía infinita, María no se queda a la zaga, y se mueve con habilidad por las cavidades, menuda jabata..

Han estado subiendo hasta con periodicidad mensual a esta cueva para estudiar sus variaciones de temperatura. En esta ocasión el objetivo es además de descargar los sensores, coger muestras para estudiar la evolución del hielo por estratos y poder analizar tanto por composición como por prueba isotópica.

Y allí que voy yo, ignorante de estos temas, pero con el gusanillo de ver, conocer y aprender de estos dos fenómenos, dispuesto a ser el reportero de su trabajo haciendo fotos.

Tras subir con la furgo la más que delicada pista hasta poco más de pasar el refugio de Soaso, partimos andando para arriba, en este año casi seco que tenemos... 


Salimos en seco..

Aunque lo normal por estas fechas sería encontrar nieve desde el refugio para arriba, este año la nieve solo aparece casi en el cono terminal. En el tramo final, sobre nieve dura, ponemos crampones para llegar.









Curioso pliegue 
La cavidad, el estrato por el que filtrará y el espolón por donde discurre la via al Tozal de Arañonera.


Boca de entrada.

La pala la subimos con crampones.
Miguel y María suben cargados.

Un breve descanso antes de la trepada de acceso.

En hora y media nos plantamos en la entrada de la cueva. Para el acceso hay una cuerda fija instalada, pero está sepultada por la nieve y no ofrece mucha ayuda. Sale un pasito entretenido en mixto.



María negociando el paso mixto.


En el porche de la cavidad nos quitamos los crampones que luego usaremos en el interior, nos cambiamos de ropa, ponemos arnés y frontal y empezamos la visita. Son las 11 de la mañana cuando nos metemos.


Porche de la cavidad que no es visible de lejos.



En el porche la temperatura es fresca.

La cueva sin ser difícil, tampoco es "regalada". Exige conocimientos de progresión vertical y saber moverse por terreno descompuesto. No tiene pasos agobiantes pero no es un paseo. Empezamos agachando riñones y salvando un par de resaltes rocosos donde hay que ir con cuidado de no tirar piedras a los compañeros o de agarrarte a una que te provoque un derrumbamiento.


Piedras sueltas y agacharse un poco es la carta de bienvenida...

Tras varios subes y bajas, llegamos al primer pasamanos, sobre un pasillo desfondado del que no se ve el fondo. No es dificil pero mejor no tener que quedarse colgado. Los que somos grandes, se pasa bien en oposición. 


Primer pasamanos.

María se mueve con agilidad por el pasamanos.



Tras un tramo cómodo, llegamos a otra rampa descendente, llena de canchales sueltos, El descenso, de unos 10 metros, está equipado con una cuerda. Mientras bajas es imposible no tirar piedras, pero a pesar de lo obligado y "transitado" del sitio, no termina de limpiarse de piedras, por fortuna, todas ellas caen por el fondo de la galería de nuevo desfondada. Allí empieza otro pasamanos entretenido. Hay que esperar a que el compañero termine el pasamanos para no darle con las piedras que tiramos al bajar.


Por la rampa pedregosa.

Miguel en el pasamanos.



Después del pasamanos, otro breve tramo cómodo da acceso al primer rapel guiado, que nos conduce hacia una sala amplia, donde normalmente hay una cascada que te empapa, incluso han visto columnas de hielo, pero en esta ocasión, nada de hielo y una exigua cantidad de agua bajando, que nos permite bajar el siguiente pozo sin mojarnos. El pozo es una corta vertical que nos deposita encima del segundo rapel guiado que ya nos deposita encima del hielo fósil. 

Miguel en el primer rapel guiado. Los bajos no tienen fácil soltarse de la guía al llegar a la reunión.

Sala de la Cascada. Miguel descarga los datos del sensor que tiene colocado en esta sala. Se ve la instalación del siguiente pozo a la derecha,

María desciende el corto pozo vertical.


A la salida del 2º rapel guiado que nos deposita encima del hielo.
Desde 2022, no se llega al suelo, llevar otra cuerda.

Tras una hora de recorrer galerías, pasamanos y rápeles por fin llegamos al hielo. Cuando se llega a la sala final, la sensación es agridulce. Primero cierta decepción, después de ver fotos de 2011, te das cuenta de la cantidad de hielo que ha desaparecido. No existe la gran columna y la masa de hielo que antes tocaba las paredes ahora tiene un amplio pasillo por casi todos los lados. 

Aún nos queda bajar al suelo, contorneando la antigua columna.

Masa de hielo muy menguada.

Foto del Espeleo Club Zaragoza de 2011, menuda diferencia...

Foto del Espeleo Club Zaragoza de 2011


La masa de hielo en 2019 ha perdido mucha altura y se separa de la pared...



Estado agónico del hielo en 2022. Foto Miguel Bartolomé.

Cuando decía agridulce, también está la otra cara de la moneda. Ver esta masa de hielo es sobrecogedor. Uno se siente privilegiado de ver estos estrados de agua helada, algunas capas tienen una edad estimada de 900 años, es decir, llevan congeladas desde los tiempos en los que el Cid Campeador y Alfonso I el Batallador estaban expulsando a los musulmanes...


Hielo fósil de unos 900 años.

Mientras Miguel y María empiezan su trabajo de campo descargando sensores, marcando estratos y cogiendo muestras, yo me entretengo haciendo fotos al hielo y a ellos mientras realizan sus labores.



Descargando los datos de los sensores en el portátil.


Ellos currando y yo haciendo fotos...

Es impresionante....

Para comparar con la foto de la columna...



Preparando materiales, marcas por estratos y comparando con fotos de anteriores visitas. Esto no está pagado con dinero...





Marcando estratos.
Después de marcar la estratificación, obteniendo una muestra de hielo para su posterior análisis en laboratorio. Extraer el hielo no es tarea fácil, la broca de diseño I+D+I made in Tarazona, se pelea con el duro hielo y el frío que se come las baterías del taladro.
Parece que no, pero al rato uno se queda frío, la temperatura debería ser inferior a 0º, pero no llegamos a bajar a grados negativos, pero uno se queda frío y saco hasta el plumas. Tomamos algo caliente y mientras rematan la faena, hago alguna foto más.












Tras tres hora y media de trabajo, recogemos y empezamos a subir. Antes de abandonar la sala del hielo, Miguel marca con una piedra la altura máxima que alcanza desde el hielo, impresiona ver las marcas de cada año y más aún ver la altura del spit, creemos que fue colocado en 2006... entonces es de suponer que sin estirarse...



Viendo estas marcas, es fácil pensar que en menos de 10 años no habrá hielo...

María empieza el tramo más vertical.
Olvidé mi arnés de pecho y croll en casa, e improvisé uno con una baga y un shunt, cuando empecé a subir, el arnés se movió y en lugar de quedarme el croll ceñido al cuerpo, lo tenía separado... al tirar la cuerda del rapel guiado en otra dirección... buff, pase unos minutos malos de colgar cual "chorizo", costándome ganar cada centímetro, y petándome de brazos, pero al final, con la ayuda de Miguel y paciencia, solo quedó en anécdota con agujetas para el día siguiente y calor corporal para el resto de la cueva.


María en el 1º rapel guiado.

Miguel y yo estos tramos los subimos en escalada de oposición en lugar de jumar y estribo.

En los pasamanos, uno de los anclajes está pidiendo un renove.

En uno de los pasos bajos.

Ascendiendo por la rampa pedregosa 

Último pasamanos.

Destrepando con cuidado los últimos resaltes sobre rocas muy inestables.

A las 5 de la tarde asomamos fuera de la cueva.


Destrepando la rampa de acceso.




Edito: En 2022, la cantidad de hielo de la sala final se ha reducido sobre manera. Conviene llevar una cuerda de 30 metros para poder descender la parte final, ya que con la instalación montada, sólo los muy altos podrán hacer suelo en el hielo, y puede ser interesante montar otra instalación.




Aspecto invernal de la pared Oeste del pico Otal en 2003.

Una estampa primaveral de 2011

En resumen, una cueva interesante, no por los espeleotemas que son inexistentes, sino por la presencia de hielo fósil. Cueva pirenaica, sobre terreno inestable, con pasamanos expuestos, maniobras de vertical y muchos spits oxidados, alguno pidiendo una renovación a gritos. No es una cueva para todos los públicos pero no es alta dificultad.


Enlaces para curiosear:

- Interesante vídeo para conocer la labor de estos investigadores que recientemente recibieron el Premio Félix de Azahara por sus trabajos sobre el estudio de las masas de hielo fósil existentes en nuestro pirineo.






- Otal por el Corredor Oeste (bonita y asequible actividad primaveral) y travesía al Fenez. 

- Otal por el Sur, y descenso delicado superior por el Este.

- Escalada al Tozal de Arañonera. por Antonio Picazo y Pako Crestas. También se puede leer otra breve reseña en la revista Desnivel de 2002 Nº 185. Página 102.

3 comentarios:

  1. ¡Hola David!
    Preciosa actividad de la que no tenemos ni remota idea pues nunca hemos hecho espeleología. Gracias por enseñárnosla.
    Menos nieve por fuera y más temperatura y cada vez menos hielo fósil por dentro. En pocos años nos quedaremos sin estaciones de esquí y sin glaciares y veremos qué pasa con el agua.
    ¡Disfrutaremos lo poco que queda... poco más podemos hacer!
    ¡Que vaya bueno!

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  2. Hola David.

    Sin grandes dificultades (para el que está habituado) pero entretenida y si además vas con dos expertos en la materia, jornada redonda!

    Un saludo

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  3. Hola Mariano! Me alegro de que te os gusten las fotos! El hielo fósil es algo espectacular. Si quisierais hacer espeleo, con lo en forma que estáis, no tendríais problemas, pero esta cueva igual no es la mejor para empezar.

    Eduardo, bien acompañado se llega a todas partes! Y sí, como dices, sin grandes dificultades para el que está habituado.

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